Mientras las autoridades locales definen un desalojo definitivo, los vendedores ambulantes y carretilleros hacen todos los días un mercado abierto en el ala sur del centro histórico.
Esta invasión que ha resultado incontrolable para la policía municipal, desde inicio del año le ha pasado una elevada factura al turismo, al patrimonio y a la economía de los negocios legalmente establecidos.
Y es que para sacar a más de 2,000 vendedores y 100 carretilleros del casco, la Alcaldía continúa a la espera de la intervención de la Policía Nacional Preventiva.
El propósito es ejercer control y manejo de los espacios del centro histórico sin necesidad de generar violencia.
Alejandro Agurcia, gerente de Orden Público de la comuna, manifestó que en base a ley la Policía está en la obligación de brindarles el apoyo requerido para evitar que el centro sea convertido en mercado persa.
“Apoyados en las resoluciones que emita la Fiscalía de Protección al Patrimonio Cultural y las Etnias, como la de los Derechos Humanos, vamos a evitar que los carretilleros invadan, como lo han venido haciendo, el centro”, declaró.
Informó que se ha cambiado la estrategia y en esta semana junto con la Policía Municipal harán el desalojo. “Vamos a ser enérgicos para evitar la presencia de los vendedores, a estos se les han hecho fuertes decomisos de sus productos.
De que vamos a poner orden, lo vamos a hacer y eso es un hecho”, apuntó el funcionario.