Los visitantes que se trasladan a la antigua zona minera tienen la oportunidad de adentrarse en las cuevas.
Una imagen captada por el lente de EL HERALDO muestra la imponencia de las primeras minas explotadas en Honduras.
Un espeso bosque de pino rodea la zona donde se encuentran las antiguas bocaminas del municipio de Ojojona.
Las cavernas tienen varios metros de altura entre paredes rocosas, espacios que cautivan a los visitantes.
“Se cuenta que Diego de Manzanares descubrió que en la parte oeste del cerro de Guasucarán existía un hilo de plata que medía 25 metros de largo por tres metros de ancho y por falta de recursos económicos pidió ayuda a Guatemala para explotarlo”, explicó Jesús Martínez, habitante de la comunidad.
Según la historia, estas minas fueron descubiertas por el español Diego de Manzanares y se constituyó en el primer mineral en ser explotado en Honduras, entre los siglos XVIII, XIX y en los primeros años del XX.
Las bocaminas de Guasucarán no solo están rodeadas de belleza natural, sino que de encanto y misterio.
Las imponentes minas de Guasucarán, valiosas joyas del patrimonio natural, que inspiraron al artista Ladislao Valladares a plasmarlas en el Escudo Nacional son promovidas en la actualidad como un sitio para el turismo natural e histórico.