La pandilla 18 estaría detrás de masacre

Tegucigalpa, Honduras.- Dos escenas violentas, con sólo cuatro horas de diferencia, pero con el común denominador de que las siete muertes fueron perpetradas por miembros de maras y pandillas.

Entre las 5:30 de la tarde y las 9:15 de la noche del lunes anterior, el poder criminal y la agresividad de las pandillas se puso de manifiesto una vez más en la capital de la República.

Cuatro hombres, dos menores de edad y una mujer fueron asesinados en escenarios dantescos, mostrando el patrón homicida de las estructuras criminales que operan en casi todo el país.

El primero de los casos tuvo lugar en la aldea La Cañada, colindante con el anillo periférico, al sur de la capital.

Una mujer residente en la zona, acostumbrada a ir a buscar envases y otros artículos reciclables, se llevó la sorpresa de su vida al encontrarse súbitamente con los cuerpos ensangrentados de dos hombres.

La noticia del hallazgo rápidamente se corrió por la comunidad de La Cañada y sus pobladores dieron parte a la Policía Nacional de lo que estaba aconteciendo.

Minutos después, varios agentes llegaron a bordo de patrullas policiales para constatar la veracidad de lo que se les había informado mediante el 911.

Los policías localizaron dos cuerpos junto a un promontorio de desechos de construcción, mientras que a unos metros, en un pequeño risco creado por los mismos desperdicios, estaban otros dos cuerpos sin vida.

Los cadáveres presentaban heridas como si hubiesen sido provocadas con objetos romos (piedras, palos u otros), y sólo uno de ellos tenía heridas de armas de fuego.

Escondido entre los matorrales, donde termina la calle de terracería que da acceso al botadero, estaba estacionado un carro color negro, Honda Civic, con placas JAQ7675, cuyo propietario había sido reportado como desaparecido.

Al indagar en el registro vehicular se corroboró que el automotor pertenecía a Jean Carlos Oyuela Castro, un motorista de ambulancia, empleado del Sistema Nacional de Emergencias 911.

Jean Carlos había sido raptado el domingo anterior a eso de las 10:00 de la noche, junto a tres jovencitos, en la colonia Los Alpes, aledaño a las colonias Montes de Sinaí y Alemán

Personal de Medicina Forense y agentes de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) hicieron el levantamiento de los cadáveres; horas más tarde, al ser ingresados a la morgue del Ministerio Público (MP) se comprobó que se trataba de Jean Carlos Oyuela Castro; además, Lesman Fabrizio Mejía Palma, Mario Alejandro Hernández Acosta y Kevin Alejandro Oyuela Flores, este último, primo de Jean Carlos.

Las investigaciones apuntan a que el rapto y posterior crimen múltiple fue ejecutado por la Pandilla 18, de acuerdo con las primeras hipótesis policiales.

Asimismo, se investiga, un presunto nexo de uno de los fallecidos con esa organización criminal.

Acababan de procesar la escena de muerte en La Cañada cuando a las 9:15 de la noche, vecinos del antañón barrio Buenos Aires informaban al 911 sobre una nueva masacre.

Sujetos que llegaron a bordo de un carro tipo turismo irrumpieron en un pequeño negocio de golosinas y bebidas alcohólicas en la calle principal de ese populoso vecindario.

Con armas de grueso calibre, los sicarios se fueron directamente a la mesa donde estaba sentado Jorge Antonio Durón Rodríguez, quien departía junto a Allan Josué Ramos Canelas.

Los gatilleros encañonaron a Jorge, pero en ese momento intervino Evelin Johath Corrales Cálix, encargada del local, quien les suplicó que no lo mataran; estos en respuesta le dispararon en la cabeza, matándola en el instante, para luego quitarle la vida a Jorge y también a Allan.

Los victimarios salieron del expendio dejando a las tres personas muertas en la calle principal de Buenos Aires, a unas cuadras de donde vivían Jorge Durón y Allan Ramos.

Los parientes de las tres víctimas mortales llegaron rápidamente al lugar, y aunque quisieron ingresar al negocio para ver a sus deudos, la Policía se los impidió para evitar la contaminación de la escena.

Un familiar de Jorge relató que su pariente había tenido problemas con una pandilla que opera en el sector y que aparentemente todo se derivaba por el no pago de una droga, extremo que es parte de la investigación que ahora llevan los cuerpos de seguridad.

Por su parte, en relación a las dos masacres, el ministro de Seguridad, Gustavo Sánchez, declaró que “vamos a hacer un incremento de las operaciones, igualmente, debemos de aumentar las diligencias investigativas para la investigación y resolución de estos casos que tanto luto y dolor han causado en la sociedad”.

Agregó: “Que no le quepa la menor duda al pueblo hondureño que vamos a llegar a descubrir a todos los involucrados, tanto materiales, como intelectuales, en estos hechos lamentables”.

Hasta ayer no había ningún detenido por ninguno de los dos casos de violencia registrados en la capital.