Una persona fue ultimada el miécoles en la colonia Los Ángeles aparentemente porque se habría negado a pagar una extorsión.
Varios sujetos llegaron armados al punto de rapiditos de la colonia Fesitranh a las 12:45 del mediodía, cuando Jaime Roberto Funes Quintanilla, de 33 años, despachaba una unidad de transporte.
Según testigos, los malhechores se transportaban en un vehículo tipo pick-up marca Nissan Frontier, en el que tras cometer el crimen huyeron a gran velocidad. Funes Quintanilla tenía unos 10 años de laborar para la empresa de rapiditos de la colonia Fesitranh, donde se desempeñaba como despachador de las unidades.
Una de las principales hipótesis de la violenta muerte de Funes sería la falta de pago de la extorsión mal llamada 'impuesto de guerra' que presuntamente cobran los miembros de pandillas en varios sectores de la zona norte del país.
Otro testigo mencionó que los hechores hicieron inicialmente dos disparos al aire para amedrentar a las demás personas, sin embargo, el objetivo era Funes, pues se acercaron a él y le dijeron 'tenés dos semanas de no pagar', y acto seguido le dispararon en la cabeza.
Pistas
Un equipo de la unidad de Análisis de la Policía Nacional Preventiva acudió al lugar del hecho para iniciar sus propias investigaciones, ya que se presumía que los supuestos delincuentes estarían en la zona, pero al hacer algunas inspecciones descartaron la falsa información que les brindaron.
Los familiares de la víctima lamentaron la manera en que falleció, diciendo que no tenía enemistades y que desconocían lo de la extorsión. Funes Quintanilla era oriundo de San Pedro Sula y residente en el barrio Cabañas de esta ciudad, donde vivió durante muchos años.
Otro transportista
El pasado martes también fue ultimado en la colonia San Juan del sector Chamelecón un motorista de la ruta 35. Se presume que la razón por la cual lo habrían ultimado estaría relacionada también con la extorsión.
La víctima obedecía al nombre Henry Geovany Vallecillo Paz, de 40 años, quien fue obligado por al menos tres supuestos pandilleros a conducir el autobús por una zona solitaria para ultimarlo.