Al menos 93 jóvenes menores de 23 años fueron asesinados en el periodo del 15 de julio al 15 de agosto de 2013, informó la organización no gubernamental Casa Alianza.
Esta cifra representa 28 casos menos en comparación a las registradas en julio
cuando se contabilizaron 212 asesinatos.
En el informe se indica que 25 de las víctimas eran menores con edades comprendidas entre los 0 y 17 años mientras que 68 tenían entre 18 y 23 años.
Entre las 93 víctimas se encuentran 14 mujeres, mientras que los varones ocupan el 85 por ciento de los homicidios de la población joven.
Según el estudio realizado por Casa Alianza, los departamentos más peligrosos para los jóvenes son Cortés con 45 casos, Francisco Morazán con 31 y Colón con 6.
Menor incidencia reportan Santa Bárbara, Yoro y Atlántida con dos muertes cada uno, Olancho con 3 homicidios y Comayagua con uno, sumando en total 93 muertes violentas.
Mientras que las ciudades de mayor riesgo siguen siendo San Pedro Sula con 31 muertes, Tegucigalpa con 30 y Tocoa con cinco homicidios.
Arma asesina
El informe de ejecuciones extrajudiciales indican que los asesinos siguen prefirieron las armas de fuego para quitarle la vida a los jóvenes.
Las estadísticas establecen que 72 crímenes fueron cometidos con arma de fuego, cinco con arma blanca, once jóvenes murieron asfixiados, tres por causas no determinadas, un murió lapidado, es decir a pedradas, y un menor murió debido a la mala praxis en un centro médico.
Las autoridades de Casa Alianza indican que la mayoría de los homicidios se encuentran en la impunidad y que solo en el 8 por ciento de los casos se identificado a los supuestos responsables que son guardias de seguridad o miembros de la Policía Nacional.
En el gobierno de Porfirio Lobo Sosa al menos 3,435 jóvenes menores de 23 años han sido asesinados.
Mientras que en los últimos 15 años la violencia ha cobrado la vida de 8,658 personas menores de 23 años.