Sucesos

'Estaba poseído por Lucifer, por eso maté a mi padre”

El joven con supuestos problemas mentales asesinó a su papá porque no le quiso dar un refresco y un pan. Asegura que no se arrepiente de lo que hizo y está dispuesto a asumir el castigo de Dios

11.04.2012

Nuevo Celilac, Santa Bárbara. Su relato da escalofrío. Parece sacado de la peor de las películas de terror. Sin embargo, su historia es real.

José Gabriel Herrera Interiano (26) no se inmuta en lo más mínimo para narrar lo que hizo: “Estaba poseído por Lucifer y por eso maté a mi padre, pero tampoco me arrepiento. Él me maltrataba, él era el culpable de mi sufrimiento”.

Horrendo crimen

Poco más de 12 horas después de asesinar a machetazos a su progenitor Gabriel Herrera (56), el parricida confeso -un joven de tez blanca, rasgos suaves y ojos expresivos- se ve tranquilo y hasta esboza una sonrisa fría.

“Que me castigue Dios. Estoy sometido a la ley divina, nada más. No tengo que pedirle perdón a nadie, ni a mi familia ni a Lucifer, porque esto ya está hecho”, dice antes de regresar a las celdas de la Policía Preventiva de Santa Bárbara, donde permanece detenido.

Eran las 7:00 de la noche del pasado martes cuando José Gabriel comenzó una discusión con su padre. Los altercados entre padre e hijo se habían vuelto comunes y los gritos se escuchaban hasta afuera de la vivienda en el barrio El Centro, municipio de Nuevo Celilac.

“Estaban discutiendo porque mi hijo le estaba pidiendo dinero a mi esposo. él (José Gabriel) quería un jugo y pan. Yo estaba en la cocina y ellos en la sala y salí a la pulpería para comprar lo que José quería y los dos se quedaron discutiendo”, relató doña María Inés Interiano (66), madre del parricida y esposa de la víctima.

Cuando la señora regresaba a su vivienda con el jugo y el pan que quería su hijo se encontró en la calle con varios vecinos que corrían gritando que José había matado a su papá.

La angustiada mujer corrió tan rápido como se lo permitieron sus piernas y su edad y al llegar a la vivienda se encontró con la escena: el cuerpo de su esposo yacía en el suelo completamente ensangrentado, con varias heridas de machete y un cuchillo clavado cerca del corazón.

Gritó pidiendo ayuda, pero ya no había nada que hacer, su esposo había fallecido.

Al buscar a José, lo encontró sentado en su cuarto. Se había cambiado de ropa y lo único que le dijo es que estaba esperando a las autoridades.

“Le puse llave al cuarto por miedo de que se escapara y cuando llegó la Policía se lo llevaron. Lo único que quiero es que le apliquen todo el peso de la ley. Esto no tiene perdón de Dios”, decía la señora entre el llanto.

Supuesto enfermo mental

José Gabriel padece problemas mentales, contó su progenitora.

“Desde niño lo tuvimos en tratamiento, pero él botaba las pastillas; no le gustaba tomárselas. Creció como resentido y no le gustaba vivir pobremente, se vivía quejando de la pobreza y por eso peleaba con su padre”, relató la afligida mujer.


Doña María Inés contó que cada vez que su hijo se enojaba golpeaba a su padre, “yo tenía miedo de que me golpeara también a mí y por eso trataba de complacerlo cuando él pedía algo”.

En la casa solo vivían la pareja y su hijo. La hija menor reside en San Pedro Sula, donde estudia y trabaja. El mayor de los hijos falleció violentamente hace algunos años.

José Gabriel, a pesar de sus problemas mentales, se graduó de bachiller en ciencias y letras y, como recuerdo de ese día, en la humilde sala de vivienda tenía una fotografía junto a su padre.

Sin embargo, nunca quiso buscar empleo y sus padres tuvieron que cargar con su manutención.

Informe forense

Los médicos forenses que se presentaron a hacer el levantamiento informaron que el cuerpo de la víctima presentaba 12 heridas de arma blanca (machete): tres de ellas en la espalda, dos en la cabeza, cinco en el pecho y dos, que fueron mortales, en el cuello.

Un cuchillo quedó insertado en la parte izquierda del pecho de don Gabriel.

El cadáver fue trasladado a la morgue judicial de San Pedro Sula, donde se le practicó la autopsia. Médicos sampedranos viajaron ayer a Santa Bárbara para hacerle pruebas psicomotrices a José Gabriel y determinar su estado mental, lo que será fundamental para su futuro legal.

Este es el segundo caso de parricidio que trasciende en Honduras en este mes. A inicio de abril, un sujeto mató a su madre a machetazos.