En medio de lágrimas, dolor e impotencia se realiza el sepelio del pequeño Juan Carlos
Antúnez Mejía
(7), en la aldea Potreros de Casa en el municipio de San Francisco de la Paz,
Olancho, en el oriente de Honduras.
Los restos mortales del menor serán sepultados en el cementerio Club de Leones, en donde familiares, amigos y pobladores del lugar han llegado a solidarizarse con la familia y han condenado el
repudiable
crimen.
Autoridades de San Francisco de la Paz pidieron que en este caso prevalezca la justicia. “Estamos
acostumbrados a ver que suceden estos hechos y no se les da el
seguimiento”, dijo uno de los habitantes.
'Pedimos que se castigue a la persona que lo asesinó y que sabemos que está en poder de la Policía', refirió.
Al respecto, el portavoz del Ministerio Público Marvin
Cruz informó que la Fiscalía Especial de la Niñez presentó el requerimiento fiscal en contra de Carlos Antonio Peralta por el delito de asesinato.
El vocero dijo que la acusación podría ser ampliada por el delito de asesinato y violación especial en caso de que los análisis de Medicina Forense indiquen que el menor fue abusado sexualmente.
Actualmente, el sospechoso se encuentra recluido en el centro penal de
Juticalpa, donde permanece en una celda de aislamiento
para evitar que la población carcelaria atente contra su vida.
El crimen del pequeño se registró la noche del viernes, cuando el sujeto lo llevó a un lugar solitario a unos tres kilómetros de su lugar de residencia, donde supuestamente abusó sexualmente de él y después lo degolló con un machete.
Desde el momento de la desaparición del menor, su padre y vecinos comenzaron la búsqueda pero no fue hasta horas después que encontraron su pequeño cuerpo. Junto a él estaba el detenido con su ropa ensangrentada y un machete en la mano.
El sujeto fue trasladado a una estación policial, hasta donde llegaron los enardecidos vecinos
armados con pistolas, machetes y palos para exigir que les entregaran al sospechoso para hacer justicia con sus propias manos.
En lo que va del año al menos siete niños han muerto de manera violenta
en el país.
