Decenas de familiares, compañeros y amigos despieron este jueves los restos mortales del dirigente del transporte Carlos Andonie, acribillado el martes pasado en San Pedro Sula, Cortés, en la zona norte de Honduras.
Sus deudos y amigos más cercanos llegaron desde tempranas horas a la iglesia San Vicente de Paúl de la capital industrial de Honduras para participar en la misa de cuerpo presente que se llevó a cabo antes de la sepultura.
Posteriormente, el féretro que contiene sus restos mortales fue trasladado al cementerio Jardines del Recuerdo.
Antes de que la urna mortuoria fuera puesta bajo tierra, un grupo de mariachis entonó las canciones favoritas del empresario, calificado como un 'hombre trabajador que siempre defendió los intereses del transporte'.
A la ceremonia asistieron además funcionarios públicos, entre ellos el alcalde de San Pedro Sula, Armando Calidonio.
Andonie fue asesinado el mediodía del martes por dos hombres que se conducían en motocicleta en la avenida Circunvalación de San Pedro Sula, a la altura del barrio Paz Barahona.
De acuerdo al informe policial, el transportista recibió 10 disparos en la cabeza y cuello cuando salía de un taller ubicado en la zona.
Compañeros del fallecido informaron que había recibido amenazas por parte de grupos delincuenciales.
'El impuesto de guerra nos tiene quebrados y muchas veces tenemos que ajustar para cumplir', dijo el reconocido dirigente a inicios de febrero.
+ Así denunciaba Carlos Andonie la extorsión en el transporte
Su asesinato generó repudio entre la población y el sector transporte, principalmente en la Asociación de Motoristas Profesionales de Honduras (Asomoproh), la cual presidía desde hace 38 años.
Andonie era considerado la voz de los transportistas, un gremio golpeado por la criminalidad, sobre todo de extorsionadores que asesinan a conductores, despachadores, cobradores, dueños y ahora dirigentes en represalia si no les cumplen sus demandas.
