Estaba a pocos meses de iniciar una nueva etapa de su vida, quería casarse y formar una familia con su amada novia, sin embargo la delincuencia le arrebató vilmente su más anhelado sueño.
La tristeza todavía puede sentirse; la alegría y la luz del hogar Maldonado se apagó aquel trágico 21 de septiembre de 2011 en el que Anthony Elkjaer Flores, de 26 años, enfrentó el camino de su muerte.
A un año cuatro meses de su fallecimiento, su cuarto aún permanece intacto, la camisa que utilizaba en su trabajo, su perfume favorito, sus zapatos en orden como si aún los utilizara y su recuerdo más vivo que nunca.
En la sala de la casa donde residía junto a sus abuelos, tíos y hermanos, permanece un pequeño mueble de manera que alberga varias retrateras con sus fotografías.
Es en este lugar donde su tía Gladis Maldonado y su novia Martha Gaitán recordaron al ser bondadoso, de noble corazón, que falleció por intentar escapar de unos delincuentes.
Un accidente mortal
Eran un poco más de las 8 de la mañana, Anthony, un recién graduado de ingeniería en telecomunicaciones, se conducía a bordo de un rapidito por el bulevar Los Próceres, con dirección a la empresa donde laboraba.
Sin embargo, esa terrible mañana dos delincuentes decidieron abordar la unidad para asaltar a los pasajeros.
“Al parecer, hubo un pleito entre los dos ladrones que iban asaltando y la gente se puso nerviosa, él en un momento trató de controlar (mediar en el asalto) porque mientras estuvo inconsciente en el hospital decía que callarán a los niños, que se tranquilizaran y que buscaran la manera que ellos (los niños) se bajaran (del autobús)”, relató Gladis Maldonado, su tía.
La desesperación y el temor invadió el corazón y la mente de Anthony y lo llevó a tomar una decisión que le costaría la vida.
“La gente decía que él pidió bajarse, uno de los ladrones como que lo agarró y lo tiró, el bus iba en marcha frente a la Despensa Familiar en el bulevar Los Próceres y él cayó de espalda”, comentó Gladis.
Anthony había sufrido tres fracturas en el cráneo, dos en la parte de atrás y una enfrente, esta tenía casi un centímetro y medio de abertura.
En el lugar, miembros del Cuerpo de Bomberos de Honduras encontraron su celular y realizaron una llamada al último número al cual se había comunicado, era para Keidy Flores Maldonado, su hermana mayor.
Luego Anthony fue llevado al hospital Escuela, sin embargo, la precariedad de este centro asistencial obligó a la familia a trasladarlo al Instituto Hondureño de Seguridad Social.
“A él se le hizo un hematoma que nunca se lo pudieron desinflamar, los doctores decían que si él reaccionaba no iba a ser necesaria la operación, él reaccionó el sábado, uno se le acercaba y él reconoció a todos”, recordó Gladis.
“Cinco días después, ‘Tony’ (como le decía su familia) falleció, lo que a él le sucedió fue difícil porque ya tenía su carrito, pero como tenía planes de boda, ahorraba, tenía planes de hacer algo diferente”, dijo.
Su eterno amor
Anthony se había centrado en su más importante objetivo: contraer matrimonio con Martha Gaitán.
“Nos íbamos a casar el 5 de noviembre del 2011 conmigo era súper especial, amoroso, cariñoso, todos los días me llamaba, súper dulce, nosotros asistíamos a la iglesia, tuvimos seis años de relación”, relató.
“Cuando él murió sentí que mi vida se vino abajo, a veces cuando uno decide la persona con que se va casar y que ya no esté, uno dice: ¿En dónde está Dios? pero Dios a uno lo hace ser fuerte, porque perder un ser que uno ama es muy difícil”, comentó.
Martha recuerda que el día del incidente, ella cumplía con sus últimos días de trabajo, ya que había renunciado a petición de Anthony para que dedicara su tiempo a estudiar.
“Cuando yo me gradué del colegio mi familia no tenía los recursos para seguir en la universidad, yo empecé a trabajar y él un día vino y me dijo deme sus papeles, vamos a ir a la universidad a dejarlos y gracias al impulso de él yo entré”.
“Él me dijo que jamás dejara mis clases de la iglesia y yo las he continuado hasta el final, la universidad ya este año me gradúo de licenciada en Pedagogía, siempre pensando en él, yo trato de vivir mi vida al doble por él”.
La joven aseguró no estar preparada para dejar a su gran amor en el pasado.
“Yo no me he alejado de esta casa, que es como mi segunda familia, yo aquí paso mis navidades, aquí paso mi cumpleaños, yo no me alejo de aquí, yo siento que él esta aquí y yo creo que ellos sienten que si yo estoy aquí, Anthony está aquí con ellos”.
“Por ahora yo me veo solo graduada de la universidad, trabajar, seguir en la iglesia, sueños de casarme no me veo así, no es que no voy a rehacer mi vida, pero siento que no es el tiempo”,
Un futuro truncado
El día de su muerte, Anthony se disponía a presentar un proyecto de instalación de redes telefónicas.
“En el trabajo él tenía un futuro brillante, internacionalmente ya hacía sus viajes, era encargado de grandes proyectos de la empresa, el día que ‘Tony’ tuvo el accidente le robaron un disco duro de un programa que iba a presentar a nivel internacional”, manifestó su tía.
“Era una persona muy recta, definitivamente muy recta, Dios sabe por qué hace las cosas, yo digo que esta sociedad no estaba dispuesta a tener una persona como él, porque él no dejaba pasar las injusticias, era una persona que luchaba”, aseguró.
Etapa insuperable
La muerte de Anthony generó un cambio radical en esta familia, desde lazos familiares que ahora penden de un hilo, hasta el desencadenamiento de enfermedades para sus ancianos abuelos.
“Nosotros nos vemos afectados porque falta esa persona que nos oriente, incluso ahora sentimos que Gerson (Flores), el hermano que le sigue, se ha apartado de nosotros porque Gerson era muy apegado a ‘Tony’, él ha formado una barrera con nosotros tal vez para esconder su dolor”, expresó Gladis mientras el llanto la interrumpió.
“Mis papás son personas mayores de 70 años, ya mi papá hace menos de un mes sufrió el quinto infarto, ya está débil, ya no camina como antes, mi mamá desarrolló neuropatía diabética que es a raíz de tanto medicamento para controlarla”, detalló,
Sin embargo, no solo ellos se ven afectados, sino también la madre de Anthony, una inmigrante hondureña que vive en Estados Unidos y que por su condición ilegal no pudo asistir al funeral de su hijo.
“Mi hermana, por otro lado, cuando habla con nosotros dice que ella piensa que ‘Tony’ esta aquí, que simplemente en el momento que ella habla es que ‘Tony’ está haciendo algo”, relató.
'Ella dice que si regresa a Honduras, ella no regresa a esta casa porque no quiere ver ese cuarto vacío, no quiere ver esas cosas que él dejo”,mencionó.
Impunidad
Este, como la mayoría de actos criminales o provocados por la delincuencia, han quedado en el fondo de la impunidad, sin esperanza que se haga justicia algún día.
“Nunca tuvimos respuesta de las autoridades a pesar de que supo que uno de los delincuentes estuvo en la posta de la granja detenido y que luego lo sacaron”, denunció.
Sin embargo, esta no era la primera vez que esta familia supo de la impunidad y de la corrupción en los entes de investigación.
“Mi hermano Juan Maldonado, también es víctima de la violencia, a él lo mataron en el 2005 frente a un hotel en Catacamas, Olancho y estando la persona detenida con testigos y todo y solo porque era el hijo de.. sobrino de.. entonces ya lo dejaron libre”, recordó con impotencia.
“Otro de mis hermanos Orly Maldonado murió en un accidente con una rastra, él trabajaba en Pespire, era un ingeniero civil graduado en Brasil, en el accidente mi hermano quedó en su carril y la rastra metida y en el parte dice que él se le fue a meter a la rastra, pero como él era el muerto no había quien lo defendiera”, dijo.