TEGUCIGALPA, HONDURAS.- 'Quiero entrar a mi negocio y orar con mi familia', fueron las palabras de
Miguel Ángel Valladares antes de quebrarse en llanto al ver saqueado su local ubicado en
el barrio Guamilito de Comayagüela, capital de Honduras.
Los actos vandálicos del miércoles no solo afectaron a grandes empresarios del país, sino a muchos hondureños como Valladares, quien perdió todo en un abrir y cerrar de ojos.
Miguel Ángel Valladares, comerciante del barrio Guamilito afectado por los saqueos del miércoles en la capital de Honduras. Foto: Johny Magallanes / EL HERALDO.
El comerciante llegó esta tarde a su local y con ayuda de varias persona abrió la destruida cortina y vio que le habían robado todo.
'Solo voy a darle las gracias a las personas que nos han brindado su apoyo; a los amigos, hermanos', expresó el hombre.
El hondureño dijo todavía no había cuantificado las pérdidas, pero el alcance de los destrozos era evidente: a que hasta las vitrinas del local fueron destruidas.
Miguel Ángel Valladares solo es una de las víctimas más de la delincuencia que aprovechó los disturbios del miércoles para hacer de las suyas.
Los delincuentes quebraron las vitrinas del local y se llevaron todo. DE INTERÉS: UNAH suspende segunda prueba de admisión por crisis que atraviesa Honduras
Los actos vandálicos del miércoles no solo afectaron a grandes empresarios del país, sino a muchos hondureños como Valladares, quien perdió todo en un abrir y cerrar de ojos.
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'Este es el patrimonio de mi casa. Esto es la comida de mis hijos. Solo le pido a las personas que lo hicieron, que Dios tiene el control de todo, no los culpo, solamente les digo: 'Dios va a proveer mucho más a mi casa'', expresó el hombre con la voz quebrada al ver los daños en su fuente de ingresos.
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El comerciante llegó esta tarde a su local y con ayuda de varias persona abrió la destruida cortina y vio que le habían robado todo.
'Solo voy a darle las gracias a las personas que nos han brindado su apoyo; a los amigos, hermanos', expresó el hombre.
El hondureño dijo todavía no había cuantificado las pérdidas, pero el alcance de los destrozos era evidente: a que hasta las vitrinas del local fueron destruidas.
Miguel Ángel Valladares solo es una de las víctimas más de la delincuencia que aprovechó los disturbios del miércoles para hacer de las suyas.
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