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Ana Jurka: “No hay un manual de cómo ser mamá... Le pido ayuda a Dios todos los días”

Con su talento y carisma conquistó a la audiencia de Estados Unidos. Detrás de este lindo rostro, de 37 años de edad, hay una tremenda historia que contar. ¿Jugaba barbies o fútbol de niña?
13.04.2022

MIAMI, ESTADOS UNIDOS.- Ha luchado por hacer realidad aquellos sueños que tenía cuando era niña; ha alcanzado una carrera brillante y llena de triunfos en la cadena Telemundo. Pero como si se tratara de un viaje por el mar, Ana Jurka ha tenido días de calma y muchos de tempestad.

Ella no se rinde. Sin soltar el timón ha sabido salir a flote de las adversidades que han sacudido su vida, como la pérdida física de su padre y, en medio de ese desconsuelo, a los 14 años el abandono de su madre, quien se vio obligada a dejar a sus tres hijos para emigrar a Estados Unidos en busca de un mejor futuro.

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Con su perseverancia, Ana demuestra que es una excelente capitana de su propio barco. La niña que anhelaba ser presentadora de TV al observar el trabajo de Myrka Dellanos y María Celeste Arrarás dio pasos firmes y cumplió su deseo: es el rostro de los deportes en Telemundo.

Acaba de regresar del sorteo del Mundial en Doha, Qatar, hace unos días fue nominada al Premio Emmy Nacional como Personalidad del año y ahora se prepara para dos eventos: los Premios Billboards y el Mundial de Qatar 2022; con su simpatía, una buena cantidad de carcajadas, humildad, ocurrencias, elegancia, sinceridad, inteligencia y desde Estados Unidos, la destacada hondureña abre las puertas de su corazón y comparte la situación más difícil que le tocó vivir en su infancia, revela si logró perdonar a su mamá y habla de su faceta como madre.

¡Conozca junto a nosotros a Ana Jurka!

¡Hola, Ana! ¿Cómo estás? ¿Cómo se está comportando este 2022 con vos?

Gracias, Sabdy, mucho gusto. Gracias a la gente de EL HERALDO que siempre ha sido super nice conmigo, gracias por la oportunidad de siempre sentirme cerca de casa a través de ustedes.

Este 2022 se está portando muy bien conmigo, ja, ja, ja, tengo que decirlo. ¡Gloria a Dios! Ya pasó el Super Bowl que fue muy bueno para nosotros como cadena Telemundo, por primera vez se transmitía un Super Bowl en español... Fue un éxito rotundo, entonces sí fue muy lindo comenzar el año así.

Por cierto... muchas felicidades por tu reciente nominación al Emmy Nacional. ¿Cómo recibiste la noticia?

Acabo de llegar de Qatar del sorteo del Mundial y fue una experiencia para mí muy buena, aprendí muchísimo. Me dieron la noticia de la nominación al Premio Emmy Nacional como personalidad del año y es algo que ni en mis sueños lo imaginaba. Así que, definitivamente ha sido muy bonito hasta ahora.

Juegos Olímpicos, Super Bowl, sorteo del Mundial... ¿A veces te detenés a pensar hasta dónde has llegado?

No siempre pero cuando pasan ciertas cositas ahí sí digo: “¡Wow! Esperate, esperate, no lo tomés a la ligera... esto es algo grande”. Esas cosas me sirven de motivación, sobre todo para mí, que no terminé la universidad, una espinita que tengo clavada.

¿Qué ha cambiado de aquella Ana Flores que debutó en Canal 54 a la Ana Jurka que hoy presenta titulares en Telemundo?

¡Uf! ¡Muchísimo, muchísimo! Era una niña cuando llegué a Telemundo y si me remonto a Honduras, todavía muchísimo más. Siento que ahora ya no soy una niña, soy una mujer, a veces digo ‘yo soy una señora, una doña’. A Copán Álvarez le digo ‘ya soy doña Ana, Copán, ya no soy la chavita aquella con la que todos ustedes bromeaban, ya soy una señora’. Soy una persona mucho más madura, sé lo que quiero, sé lo que no quiero, sé lo que puedo tolerar y lo que no.

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¿Cuando eras pequeña te mirabas presentando en una cadena internacional?

Siempre estuve segura, siempre soñé con trabajar en televisión. Hace poco platicaba con Myrka de que yo la veía a ella y a María Celeste y le decía a mi familia: “Algún día voy a ser como ellas y voy a estar ahí como ellas”. Sinceramente en mi mente estaba trabajar en la TV en Honduras, que en mi país me dieran la oportunidad de hacerlo. Nunca me imaginé que lo iba a hacer en una cadena internacional y que iba a lograr, gloria a Dios, todo lo que Dios me ha dado hasta el momento.

¿De niña jugabas fútbol o barbies?

¡A las barbies, a las barbies! Ja, ja, ja. No sé, soy como bien rara. A mí, Carlos Hermosillo (exfutbolista mexicano), siempre me dice que soy un niño, que soy uno más de ellos. Y yo la verdad es que sí me considero como más niño en muchas cosas.

En Honduras yo salía en televisión sin maquillaje. Algo que ahora yo digo “¡qué horrible me veía!, no entiendo cómo me dejaban salir al aire así. Qué fea me veía”. En cosas así era como bien niño, bien machito, pero en otras cosas era bien niña.

Yo ponía cualquier pretexto a mi maestro de Educación Física, cualquier pretexto desde... ‘¡Ay, es que me vino, profe’. ‘No puedo hacer hoy, es que me duele el vientre...’ Desde ese pretexto, inventaba cualquier cosa para no hacer los ejercicios. Nunca fui una persona de estar jugando fútbol o algo, pero me gustaba ese deporte, lo veía y siempre me impresionaron mis amigos que jugaban fútbol en el equipo del colegio o en mi caso, cuando lo viví muy de cerca cuando vivía en La Ceiba.

Siempre me iba a ver los partidos de voleibol y basquetbol del colegio donde estaba y siempre me llamaba la atención eso, yo decía ‘Wow, qué capacidad para dominar un balón, la presión de la gente gritándote en el público’, siempre lo admiré muchísimo.

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Te vemos sonreír en la TV, pero sabemos que tuviste una infancia muy difícil. ¿Cuáles fueron las cosas más duras que viviste en esa etapa?

Yo creo que como toda hija de padres que se van buscando un futuro mejor, yo creo que lo más duro es eso, la ausencia.

Creo que, ahora como madre, más allá de todas las cosas que mis hijos pueden tener; gracias a que tienen la bendición de ser privilegiados, de vivir de cierta manera por el trabajo que yo tengo, nada de eso vale lo que vale tener el abrazo de la mamá, el que si te caes hay ahí alguien diciéndote ‘aquí estoy, yo te curo, yo te sobo, yo te aconsejo’. Hay cosas que ocurren cuando te quedas con las personas incorrectas o cuando te quedas totalmente sola.

¿Qué fue de tu madre? ¿Te reencontraste con ella?, ¿la perdonaste?

Sí, sí, sí. Mi mamá y yo tenemos una relación muy bonita ahora, es una relación en progreso como yo digo siempre. Sí, hubo un tiempo que teníamos una relación como rara. Te estaría mintiendo si te digo que tengo una relación perfecta con mi mamá. Es una relación bonita, pero es una relación diferente.

¿Cómo lo puedo explicar? Yo sé que puedo llamar a mi mamá y que cuento con ella, sé que me va a escuchar, sé que me ama y yo la amo a ella, pero hay como un ganchito ahí que falta como terminar de conectar.

Hace poco tuve una conversación muy linda con ella y por primera vez en 20 años me pidió perdón. Yo le dije que no tenía nada por qué perdonarla... Que ahora como mamá entendía las razones por las que ella había llegado a la desesperación de salir corriendo de Honduras, como hacen muchas mamás y muchos papás, que salen corriendo para buscar darles un futuro mejor a sus familias.

Y quedamos en que íbamos a tener una conversación larga la próxima vez que vaya a Honduras. Ahora que ya estamos en un momento mejor de la pandemia, quedé de que nos vamos a reunir este año, vamos a platicar y desahogarnos para ver si ese ganchito que falta por conectar, por decirlo de alguna manera, se puede conectar después de esa conversación.

Discúlpame y siempre me pongo nerviosa cuando estoy hablando de mis cosas y sobre todo cuando es algo tan personal, pero sí, en este momento estamos en una situación bonita, en un momento bonito, en un momento de que lo que ha mejorado ahora va a estar todavía muchísimo mejor.

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Ahora contanos de tu amor: conociste y te casaste con Josh en Honduras y luego se van a Estados Unidos. ¿Cómo estuvo eso?

Sí, sí, sí. Tuvimos un bodorrio... Todo el pueblo estaba ahí en la boda. Le digo yo ‘invitaste a todo mundo’. Yo le digo siempre a él (a Joshua Jurka) que él me debe una boda a mí porque esa boda fue como él la quería. Le digo yo ‘ahora vamos a tener que volver a casarnos cuando cumplamos, no sé, 15 o 20 años de casados’ y creeme que lo voy a hacer. Ahí va a estar diario EL HERALDO, ja, ja, ja. Pero va a ser una boda a mi estilo, no es que digo que no me gustó, me gustó muchísimo, pero quiero hacer otra.

¿Cómo lo conocí? Lo conocí en un bar en Honduras, no sé si existe todavía el bar ese, alguien me dijo: oye, ¿tú eres Ana Flores? y dije yo: sí. ‘Ahhhh, es que tengo un amigo que te quiere conocer...’ Y yo decía ‘de qué está hablando este...’

Yo lo vi, lo vi gringo e inmediatamente dije ‘este es uno de estos marriedns (casados) que llegan aquí y buscan algo de una noche y se van’, entonces no le ponía atención, pero luego lo empecé a ver en diferentes lugares y decía ‘¿y este de dónde salió?’.

Porque vos sabés que Honduras es tan chiquito y Tegucigalpa es tan chiquitititito que prácticamente todos nos conocemos y si no nos conocemos, por lo menos hay caras que no se te olvidan y él (Josh) es totalmente diferente. Entonces yo me preguntaba por qué nunca lo había visto y de repente lo empecé a ver por todos lados. Hasta que un día empezamos a platicar en un lugar que se llamaba “La Caramba” en Tegus. Era mi bar favorito, era un éxito ese bar, ja, ja, ja.

Y ahí estábamos, empezamos a platicar y me cayó bien, acepté salir con él, no muy feliz, porque yo decía ‘hay algo en él que no me termina de...’ entonces le dije que sí, que aceptaba salir con él y luego le inventé un pretexto de que me dolía el estómago, que estaba súper enferma y no sé qué más, le inventé alguna excusa para no ir al cine con él. Y luego, de tonta, por alguna razón se me olvidó que le había dicho que no y terminé yendo al mismo cine en el que él estaba con sus amigos y yo terminé yendo por mi parte con otros amigos y cuando lo vi dije ‘¡qué vergüenza, yo a este tipo le dije que me sentía mal...!’

Se acercó a mí y me dijo: ‘¡Hey! Me hubieras dicho que no querías salir conmigo y ya está’ y le dije yo ‘¡No! De repente me empecé a sentir mejor y me daba pena decirte y no sé qué...’ pero me notó en la mentira inmediatamente, entonces yo le dije ‘vamos por un café’ busqué un lugar que sabía que cerraba a las 9:30 y lo cité a las 9. Yo dije ‘en media hora ya termino esto y me voy’, pero después me terminó cayendo bien, me gustó y terminamos yéndonos a otro restaurante, esa noche nos asaltaron... Es una historia larguísima...

¿Qué tal tu faceta como mamá, Ana?

¡Ayyyy! No sé, trato de ser lo mejor que puedo y ahora entiendo muchas cosas de mi mamá. Es bien difícil, no hay un manual de cómo ser mamá, así que le pido ayuda a Dios todos los días en la mañana y en la noche, yo digo ‘Dios, ayúdame a ser lo mejor que puedo hacer’ y ahí la llevo, un día a la vez.

Sos mamá de dos hermosos varones, ¿hay planes para más?

¡No, no, no! Ni drogada, no no, no. Ya cerré la fábrica, ja, ja, ja. Me corté, ni siquiera lo amarré, vos sabes que si hacés lo de ‘hay que amarrarte’, hay un 1% de chance de quedar embarazada, entonces yo dije: ‘no, no, no, ni en pedo’ conociendo mi mala suerte yo sería ese 1%, ja, ja, ja. Así que le dije al doctor: ‘cuando me saque a este, ahí nomás me corta’.

La única forma en como puedo quedar embarazada es vía in vitro y no, la verdad que no, dos son mucho. Tuve al segundo por amor al primero y al papá, yo dije ‘no voy a dejar a mí bebé solo, tiene que tener un mejor amigo’. Mi esposo quería tener tres, entonces yo le dije ‘vamos a llegar a un término medio, el segundo y ya’, dos cesáreas inolvidables, suficiente.

¿Hay días en los que te sentís culpable por no estar más tiempo en casa?

Sí, sí, yo creo que... No sé si vos tenés hijos, pero el día que tengás hijos y más en lo que tú trabajas, vas a ver cómo vivimos en una culpabilidad absoluta. Cada cosa que pasa decís ‘si yo hubiera estado ahí’, si se cayó ‘si yo hubiera estado ahí...’ Es imposible que controlés todo.

Lo que hago como para sentirme menos culpable es que tengo mis tiempos bien armados, trato de respetar cada cosita que hacen mis hijos como si fuera el máximo evento. Y así el día de mañana yo puedo decir ‘¿sabés qué? No estuve en todo, pero traté de estar al máximo en las cosas que eran importantes para ellos’.

Sé que me voy a perder muchas cosas, este año me voy a ir al Mundial y es más de un mes que voy a estar fuera, y en ese momento me voy a perder un Thanksgiving, por ejemplo (Día de Acción de Gracias) que en Honduras no se celebra tanto como acá, pero mi esposo es norteamericano y creció con esa cultura. Un Thanksgiving es tan importante como la Navidad para nosotros. Es una fecha muy importante que me la voy a perder porque voy a estar trabajando allá (en Qatar).

¿Te dolerá no ver la Bandera de Honduras en Qatar?

¡Ay, ni me digás! Ya me mentalicé muchísimo. Casi a mitad de la eliminatoria yo dije ‘no vamos a clasificar’ y empecé a mentalizarme, mentalizarme y mentalizarme... Yo creo que eso me sirvió como para ‘¿ves? Que bueno que no van, porque ibas a sufrir peor allá’, ja, ja, ja.

Es difícil. Ahorita durante el sorteo, ya ves que cada vez que clasificaba un país en Doha, Qatar, había un lugar donde estaban izando las banderas que iban clasificando, entonces las últimas dos que izaron, eran las de Estados Unidos y México. Yo decía: ¡Ahhh! cómo no está la Bandera de Honduras ahí.

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Aparte del periodismo deportivo, ¿qué otras cosas hace muy bien Ana Jurka? Por ahí te vimos bailar punta con Kazzabe...

Bailar no es una de las cosas que hago bien, ja, ja, ja. Te lo juro que no. Ese día, aquí en el programa que hago de entretenimiento (En Casa con Telemundo), siempre te ponen a bailar, siempre. Y ya ves que ahora está tan de moda que la gente está de tiktokera o los reels en Instagram. Yo soy lo peor bailando y ni siquiera me gusta bailar, tengo dos pies izquierdos, ja, ja, ja.

Siempre nos ponen a bailar, siempre ponen musiquita y yo soy siempre la que se ve como ‘je, je, je y qué hago aquí’.

Pero llega Kazzabe y era como mi conexión con mi país, era como el orgullo de decir ‘miren, esto es lo que tenemos’ y nada, era Kazzabe, obviamente el orgullo de ‘estoy haciéndolo por mi país’, entonces ese día bailé, pero si no, no. Soy malísima bailando, soy malísima cocinando. Creo que la TV es de las pocas cosas que puedo hacer bien.

Si tuvieras una bola mágica que le concediera solamente un deseo, ¿qué pedirías?

¡Ayyyy! Salud, muchísima salud para mis hijos, para mi esposo, para mí, para todos mis seres queridos.

Completa la frase: El mundo necesita más...

Amor, tolerancia, educación. Te dije tres, ja, ja, ja.

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QUÉ PREFIERE...

Una copa de vino o una taza de café

Una copa de vino.

Leer un libro o ver una serie

Ver una serie.

Una baleada con todo o un pan con frijoles y mantequilla

¡Uf! Un pan con frijoles y mantequilla.

¿Viajar al futuro o viajar al pasado?

Ehhhh... Viajar al pasado.

¿Volar o leer la mente?

Volar.

Nos despedimos de este espacio con algunos nombres que evocan sentimientos y diferentes expresiones de nuestra entrevistada...

Xiomara Castro: Presidenta

Joshua Jurka: ¡Mi amor!

Juan Orlando Hernández: ¡Eeehhh! Ja, ja, ja, ja, ja, ja, no se me ocurre nada más... Pobrecito, ahora me da tristeza, ja, ja, ja, ja, es que se tardaron mucho, antes le hubiera ido menos peor

Noah: ¡Ayyy, mi bebé!

Honduras: Mis raíces

Seth: Mi big boy le digo yo, mi niño grande

Telemundo: Mi casa

Red: Ja, ja, ja, ja, ahorita se está portando mal, se está haciendo por toda la casa, ja, ja, ja, pero lo estamos educando. Nuestro muñeco

Neida Sandoval: Pionera

EL HERALDO: Mi conexión con Honduras