Tegucigalpa, Honduras.- En el marco de un conversatorio que abordó literatura, historia y realidad social, el escritor y periodista hondureño Javier Suazo Mejía presentó su más reciente novela “Alacranes en la oscuridad” en el Centro Cultural de España en Tegucigalpa (CCET).
El evento, que reunió a personalidades del ámbito cultural, académico y literario, fue presidido por el autor, acompañado por el productor general del proyecto, Luis Morán; el director de la Biblioteca Nacional, Armando Maldonado; y la editora de la obra, Leda Chávez.
Esta novela, descrita por Suazo como un “retrato de nuestra sociedad”, traza un recorrido histórico y ficcional que explora cómo el narcotráfico y el crimen organizado han permeado las estructuras del poder en Honduras.
Durante el diálogo, el autor profundizó sobre los desafíos y las motivaciones detrás de este libro que representa un hito en su carrera literaria de 25 años.
“Esta obra nace de una inquietud profunda de retratar nuestros tiempos”, expresó Suazo, destacando que fue su amigo y productor, Morán, quien le propuso la idea inicial.
El autor, a su vez, compartió a EL HERALDO que el título de la novela no es una simple casualidad.
“El alacrán es una metáfora del poder, de aquello que se esconde en los rincones oscuros. Así como este animal, hay fuerzas ponzoñosas que acechan detrás del trono, inyectando veneno. El verdadero poder no está sentado en la silla presidencial, sino en aquellos que manejan los hilos desde las sombras”, aseveró.

La corresponsabilidad social
Uno de los ejes centrales de la obra es aceptar la corresponsabilidad social en la consolidación del crimen y la corrupción en Honduras, porque “más que transmitir un mensaje, quiero despertar la conciencia de los lectores”, afirmó Suazo.
“Estas cosas suceden porque, de una manera u otra, participamos en ellas. Ya sea por acción, omisión o silencio, todos somos parte. Desde los que consumen drogas hasta quienes votan por políticos vinculados al crimen, todos contribuimos a este ciclo de violencia”, agregó.
La novela también aborda los orígenes históricos de esta problemática, situando sus primeras escenas en la guerra civil de 1924, cuando ya se reportaban actividades criminales relacionadas con el tráfico de drogas.

Sobre su desafío más grande durante la creación de la obra, el autor señala que “fue ser fiel a la verdad detrás de la ficción. La novela está construida sobre datos históricos y archivos que reflejan cómo nuestra sociedad se fue corrompiendo poco a poco”.
El evento concluyó con una sesión de preguntas y respuestas, en la que el público dialogó abiertamente con Suazo y los miembros de la mesa principal para disipar inquietudes que, en su mayoría, giraron en torno a los paralelismos entre la ficción y la realidad nacional, así como el proceso creativo detrás de la novela.