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'Simbiosis”, un espacio de diálogo y respeto de Santos Arzú y Armando Lara

Santos Arzú Quioto y Armando Lara se unieron en lo que han llamado una “interacción lúdica”, donde el lienzo contiene la propuesta pictórica de ambos artistas

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16.11.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.-A finales de 1990 Santos Arzú Quioto y Armando Lara hablaron sobre la posibilidad de crear un proyecto en conjunto que se llamaría “Fusionarte”, la conversación no dio el paso hacia la realización. Para 2008 se retomó el tema, incluso hubo un documento sobre la propuesta que ahora se llamaría “Espejos: Imágenes alternas”, la idea esta vez solo quedó en papel.

Ahora, tras doce años, finalmente Santos Arzú Quioto y Armando Lara han llevado al lienzo este proyecto con el nombre de “Simbiosis, interacción lúdica”, que es el inicio de una experiencia que más allá de un ejercicio plástico, se ha convertido en un ejercicio de respecto y tolerancia.

Los procesos artísticos son un asunto muy íntimo, dejar el lienzo abierto para que venga otro artista a intervenirlo definitivamente conlleva un reto que tiene mucho que ver con la confianza, aquí no puede haber egoísmo, aquí la mente debe ser abierta y humilde para saber aceptar la visión del otro.

La idea no es ver a Arzú y Lara en el lienzo, sino más bien interpretar la obra como una unidad, donde conviven lo figurativo y lo abstracto en una propuesta que no determina un abordaje en específico, aunque ya es sabido que ambos pintores han decantado su obra hacia el hombre y la sociedad, en esta oportunidad queda una propuesta de códigos abiertos, el espectador la interpretará con libertad.

Una danza de colores y formas

Para el pintor los límites del lienzo le plantean un reto, pero en el caso de este proyecto el reto fue concebir un diálogo abierto. El resultado final solo es la punta del iceberg, como mencionó Arzú, debajo hay todo un proceso, una enseñanza, reflexiones, lecturas, conceptualizaciones y empatía.

Ambos artistas coinciden en que al pintar tenían que pensar en el otro. Arzú creaba su universo abstracto pensando si los cuerpos de Lara podían habitar en él.

Lara señala que él ya tenía un planteamiento, pero luego Arzú le abría otras posibilidades desde su propuesta pictórica, al final los cuerpos debían tener un diálogo que debía ser resuelto directamente en el lienzo.

Los artistas señalan que esta fue una experiencia honesta, y que la tolerancia “es una de las propuestas más importantes de esta muestra, pensando en esto como una necesidad del alma humana, más en estos tiempos de excesiva polarización”, expresó Lara.

Un punto valioso en esta sociedad donde la empatía, el respeto y la tolerancia son carencias que van en ascenso, cada quien defiende lo propio, se trabaja por lo propio, lograr que dos pintores de dilatada trayectoria logren esa convivencia en el lienzo es interesante, tomando en cuenta que el cuidado que cada uno tiene hacia su obra a de ser profundo, hay un celo muy íntimo en el trabajo personal, y este nivel de apertura solo puede tener refugio en la confianza y el respeto que el uno tiene hacia el otro.

Sobre esto Arzú manifiesta que “en ‘Simbiosis’ a ambos nos tocó ceder, pero también incorporar y proponer, así pues mis texturas -que normalmente son invasivas, fuertes y tectónicas- son más visuales y menos agresivas en este proyecto. En algunas obras dominan los cuerpos levitantes en el éter de Armando Lara, en otros, en cambio, son los ritmos de mis texturas que marcan la cadencia”. No obstante, la obra se enriquece de esta manera, porque dentro de las marcadas diferencias entre uno y el otro hay un equilibrio.

Para Lara no es extraña la abstracción, porque está en su pintura, sus cuerpos flotan sobre fondos abstractos, y el humano se presenta como si fuera un feto, en un ambiente oscuro, donde encuentra su lugar o su salida. Para Arzú la pintura figurativa tampoco es extraña, fue incluso la figuración la que marcó sus inicios.

“El reto del proyecto era ser ‘solución, no mezcla’. Se corría el riesgo que fueran ‘dos pinturas en un mismo cuadro’, desvinculadas. Eso había que evitarlo. El vector técnico-lúdico lo privilegiamos manteniéndonos en la irreductible bidimensionalidad pictórica, pero sin dejar a la deriva el aspecto formal. No se trata, y el público lo puede percibir, de una mera yuxtaposición o sumatoria de técnicas y estilos perfilados a lograr una pintura híbrida, se convirtió en reto interesante generador de cruces complementarios. El resultado: una obra ontológicamente diferente, con características y lenguaje discursivo propios”, detalla Arzú.

La obra es rica en detalles. La intensa gama cromática de Arzú y las figuras humanas levitantes de Lara conviven en el espacio, por momentos la pincelada de Arzú le marca el camino a los cuerpos, es como su guía, pero en otra oportunidad la abstracción y la figuración se cruzan, se tocan, la nebulosa atraviesa los cuerpos, aunque a veces solo
los acompaña.

Lara se expande en detalles, de la oscuridad salen cuerpos como si fueran espíritus, en otros fragmentos de lejos se percibe una pincelada, de cerca se establece un humano. Estos humanos concebidos por Lara se muestran en estado de espera, aunque también los hay en contundente actitud de reacción. Se muestran solitarios y colectivos entre la potente abstracción de Arzú, fiel a su intensidad en el brochazo y el color, que a veces parece lava ardiente.

En el lienzo ambos artistas se interpretan y se complementan.

Una de las tantas enseñanzas que deja este proyecto es el redescubrimiento, Arzú y Lara se han acercado de una manera más íntima al trabajo del otro. “Lo más importante fue redescubrir al compañero artista de sólida formación, a la persona que se expresa contundentemente blandiendo con maestría su arma: el pincel”, dijo Arzú sobre Lara.

“Simbiosis” deja una huella en la trayectoria de los pintores, probablemente la estela de esta pintura marque futuros proyectos individuales, quizá en 2020 estaremos viendo los frutos posteriores de este ejercicio que el espectador podrá apreciar el jueves 21, cuando finalmente la obra se enfrente a la visión del público en Casa Quinchon, que le dará acogida a esta iniciativa.

Mientras tanto, Arzú y Lara siguen saboreando la curiosidad que les ha generado esta idea, que definitivamente tenía que realizarse ahora, cuando ambos han transitado por diferentes experiencias desde el arte plástico.