Crímenes

Homenaje al padre de los payasos

Miles de payasos, mimos y arlequines se reúnen cada año en Londres para recordar al padre del clown moderno, Joseph Grimaldi

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11.02.2017

Fue un encuentro lleno de risas y literalmente de payasadas. Miles de payasos, arlequines y mimos del mundo entero se dieron cita en la iglesia de Todos los Santos, ubicada al este de Londres, Inglaterra, para celebrar una misa en homenaje a Joseph Grimaldi, el padre del clowning moderno.

Con esta cita anual llena de alegría, el rubro rememora a un clown teatral, considerado el padre de los payasos.

Nacido en diciembre de 1778 en Gran Bretaña, Joseph Grimaldi fue el artista que elevó el clown de cara blanca al papel de protagonista reemplazando a Arlequín.

Grimaldi creció en el teatro, sobresalió en el diseño y elaboración de trucos y efectos especiales. Sus interpretaciones eran una verdadera caricatura del “Correcaminos”, con escenas de persecuciones y comicidad con resultados temporales pero extremos. Otro personaje que representó fue el “noble salvaje” Viernes en una producción cómica de Robinson Crusoe.

Héroe de risas

El teatro era parte de la vida de Grimaldi desde la infancia. Su madre era una joven bailarina de teatro y su padre, bastante mayor, era maestro de ballet allí.

Grimaldi hizo su debut cuando tenía poco más de dos años en el Sadler Wells, un teatro de Londres, en 1781, bailando con su hermana mayor, María.

Más tarde, sus canciones cómicas y sus juegos de pantomima lo hicieron popular. Su canción más famosa fue Hot Codlins, que describe a una anciana vendedora de manzanas asadas que se embriagaría con ginebra para entrar en calor.

Era increíble en escena, provocaba risotadas en la concurrencia y según un informe de prensa, un marinero sordo y mudo recuperó el habla y la audición al presenciar una de sus actuaciones.

No todo fue risas

En su vida privada, Grimaldi no fue tan feliz, su padre solía pegarle -incluso hay informes de que lo hizo en el escenario con el fin de entretener al público.

A los 19 años Grimaldi se casó con María Hughes, hija del director de Sadler‘s Wells, que murió un año después en el parto, al igual que su bebé. Grimaldi se volvió a casar y tener un hijo, pero el joven Joe bebió hasta morir a los 30 años.

La esposa de Grimaldi murió por la impresión y el viejo payaso, frágil, con la artritis de años de realizar acrobacias en el escenario, se deprimió, muriendo solo en 1837, casi 10 años después de haberse retirado de la escena.

El padre de los payasos trabajó en teatros míticos como Sadler’s Wells, Drury Lane o Covent Garden, y se le reconoce por plantar las bases de la pantomima moderna. Además, la apariencia actual de los payasos que todos conocemos se la debemos a Joseph Grimaldi, que lo popularizó universalmente. En Inglaterra, los payasos son conocidos como “Joeys” en su honor.

Grimaldi creció en el teatro, vivió del teatro, pero el trabajo arduo de su oficio le pasaron factura a su salud, ya que una grave enfermedad lo apartó para siempre de los escenarios.

En 1818 Grimaldi estaba en la indigencia, a tal grado que sus amigos le organizaron un homenaje benéfico. Aunque tuvo que actuar sentado a causa de su enfermedad, demostró que no había perdido la magia que lo había hecho grande, y que aún conservaba esa enorme capacidad para hacer reír.

Un artículo del diario ABC lo describe como “un tipo peculiar. Ya es difícil pasar a la historia de la vida y la literatura haciendo el payaso, pero él lo consiguió. Y con creces”.

Incorporó la tradición del Pierrot de la commedia dell’arte, pero imprimió a su trabajo nuevos horizontes: asumió el papel del payaso tristón y fue el primero en interactuar con su público, al que le hacía participar en sus números, en sus canciones y en sus chanzas.