La vigilancia de las autoridades de la Policía Municipal es burlada por un nutrido grupo de niños vendedores de pólvora en la ciudad de Choluteca.
En los últimos días, los infantes han instalado sus puestos de venta de cohetes en los alrededores de los mercados de la comunidad, sitios donde se ha prohibido este tipo de transacciones comerciales.
Otros deambulan por las aceras con cajas repletas del producto con el fin de ofrecerlo a los clientes que llegan a la zona comercial para realizar sus compras navideñas.
Los menores, en su mayoría varones, tienen entre seis y 14 años.
Por medio de una ordenanza, las autoridades de la Alcaldía otorgaron un permiso para la venta de los cohetes en un punto específico.
El lugar elegido para la instalación de los puestos de venta del producto (considerado como de alto peligro) fue un predio ubicado a inmediaciones del bulevar Enrique Weddle.
Esta área fue seleccionada debido a que es la que reúne las condiciones para la venta de los morteros sin exponer la vida de los comerciantes.
La ordenanza indica en uno de sus artículos que se prohíbe la venta ambulante de los explosivos, en especial en la zona de los mercados, centros comerciales y pulperías.
La norma también estipula que el permiso se otorgó para la comercialización de explosivos de baja potencia como cohetillos, pero en los puestos ambulantes se pueden adquirir de todo tipo.
Justificación
El equipo de reporteros de EL HERALDO, en un recorrido por los mercados de la sultana del sur, constató la venta clandestina de pólvora, en especial los considerados de alto peligro.
Darío Mendoza, jefe de la Policía Municipal, informó que a diario se han programado operativos de vigilancia en la zona.
La vigilancia que han montado los agentes municipales al parecer no ha dado resultados, pese a que los menores realizan a todas horas las ventas clandestinas.
Una de las justificaciones del entrevistado es que la labor de vigilancia permanente es inalcanzable debido a la falta de personal con que cuenta en el departamento.
'Es difícil controlar esta situación ya que son bastantes los que hacen esta labor', dijo Mendoza.
De acuerdo con el funcionario, en la comunidad ya se logró decomisar una cantidad del producto, el cual fue destruido de inmediato.
En caso de identificar a un vendedor con explosivos considerados como de alto peligro, se investiga la procedencia para aplicar las sanciones que contempla la ley, aseguró el entrevistado.
Coordinación
Mientras Mendoza afirmó que existe una norma local a través de la cual se regula la venta, distribución y comercialización de los cohetes, los agentes de la Policía Nacional desconocen la medida.
Francisco Espinoza, vocero policial, manifestó que hasta el momento no han recibido ninguna ordenanza que prohíba la venta de pólvora en los mercados.
Por tal razón no han actuado en contra de los vendedores, aseguró Espinoza.
'Esto no significa que no estaremos vigilantes a la venta de los explosivos prohibidos y en especial cuando sean vendidos por menores', explicó el policía.
Espinoza se comprometió a solicitar una reunión con las autoridades municipales para coordinar un operativo en las zonas donde se ha prohibido mantener los productos elaborados a base de pólvora.
Peligro
Según algunos vendedores de la zona que fueron consultados por EL HERALDO, la venta de los explosivos inició desde el mes de noviembre.
'Los padres son los culpables por permitirles realizar este tipo de actividades, ya que los menores corren peligro', dijo una de las personas consultadas, quien prefirió el anonimato.
En alerta
A la fecha, el Hospital del Sur no registra ningún niño quemado por los explosivos, pero el personal de Salud teme que de continuar con la venta desmedida de cohetes de alta potencia puedan presentarse casos. El costo de la asistencia de un niño quemado en un hospital público es de 30,000 lempiras diarios, según estimaciones.
Las quemaduras producidas por pólvora son consideradas como las más graves ya que al estallar los petardos también mutilan.