Una caminata por los distintos senderos se convierte en una experiencia revitalizadora, se respira aire puro, no existe el bullicio de las ciudades. Toda una aventura.
A medida que los visitantes se adentran en la foresta, la luz merma producto del tupido techo de hojas que forman los árboles.
Existen túneles de minas que miden hasta seis kilómetros y en donde han sido vistas algunas especies de felinos grandes.
Árboles de roble y aguacatillo son los de mayor tamaño que existen en el bosque y algunos de ellos, que sirven para que los pájaros hagan sus nidos, tienen más de 300 años.
Las lianas se aferran a los árboles y crean cuerdas naturales que pocos se resisten a subir por ellas, una de las tantas aventuras que se pueden experimentar en este paraíso.
El paisaje en La Tigra es cautivador por la diversidad de hermosas especies de árboles, símbolos de la riqueza natural que existe en Honduras.