Honduras

Estados Unidos procesará y expulsará a migrantes que lleguen con la caravana

Mediante un comunicado, el DHS alabó el accionar de las autoridades mexicanas y anunció el cierre de su frontera

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23.01.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El gobierno de Estados Unidos anunció que “procesará y expulsará inmediatamente” a las personas que lleguen a su territorio en la caravana de emigrantes que salió desde Honduras y que está a la deriva en Guatemala.

Mediante un comunicado, el secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), Chad F. Wolf, enfatizó que no habrá “un trato o beneficios especiales” para los miembros de la caravana de migrantes.

Asimismo, Wolf alabó el accionar de las autoridades mexicanas que reprimieron y cazaron a los connacionales y otros extranjeros irregulares que ingresaron ilegalmente al territorio azteca considerando que es “prioritaria la seguridad de nuestros funcionarios y de la población estadounidense”.

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Comunicado de Estados Unidos

“Elogio al gobierno de México por sus esfuerzos para cumplir su compromiso de incrementar las medidas de seguridad y aplicación de la ley en su frontera sur. Los esfuerzos de la Guardia Nacional de México y otros funcionarios hasta el momento han sido eficaces para mantener la integridad de su frontera, pese a los brotes de violencia y caos generados por personas que intentan ingresar ilegalmente en México en su trayecto hacia Estados Unidos”, dice la declaración emitida ayer por el DHS.

Agrega que “el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) está realizando un atento seguimiento de la caravana y cuenta con decenas de funcionarios en el terreno en América Central que brindan asistencia a los agentes locales de inmigración y seguridad. Esto ya ha permitido la interceptación y aprehensión de cientos de personas que han sido enviadas de regreso a su país de origen”, menciona.

“Estar en un grupo numeroso, como una caravana, no implica que quienes formen parte de ella reciban un trato ni beneficios especiales. Lamentablemente, hubo señalamientos de que se han producido hechos de violencia en los que estuvieron implicadas algunas de las personas en estas caravanas”.

El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos anunció que procesará y deportará inmediatamente a los hondureños que ingresen a su territorio como parte de la caravana de migrantes que salió desde Honduras.

Esta fue la publicación compartida en las redes sociales de la embajada de Estados Unidos.

Además indica que “el Departamento considera prioritaria la seguridad de nuestros funcionarios y de la población estadounidense. Por consiguiente, aquellos miembros de la caravana que eventualmente lleguen a la frontera entre EE UU y México serán procesados y expulsados, devueltos o repatriados de inmediato”.

Retornos masivos

La esperanza de ingresar a Estados Unidos terminó antes de empezar para cientos de hondureños que conformaban la caravana de migrantes y que ya fueron deportados por autoridades mexicanas vía aérea y terrestre.

El gobierno anunció que solo ayer fueron deportados 532 hondureños que habían sido arrestados por entrar ilegalmente a México luego de enfrentamientos con efectivos aztecas y personal del Instituto Nacional de Migración (INM).

Este grupo se sumó a otros 219 que ya habían sido regresados.

En total se espera la deportación de unas 1,900 personas que están bajo custodia de las autoridades mexicanas.

Las cifras se podrían ampliar ya que a inmediaciones del río Suchiate, que está entre Guatemala y México, hay un grupo de al menos 1,200 connacionales que están esperando el momento oportuno para intentar cruzar la frontera.

El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos anunció que procesará y deportará inmediatamente a los hondureños que ingresen a su territorio como parte de la caravana de migrantes.

Alden Rivera, embajador de Honduras en México, anunció que las deportaciones diarias serán de un poco más de 500 personas y para el fin de semana se habrá deportado desde México a unos 3,000 connacionales.

A diferencia de otras caravanas, en esta ocasión México no está considerando ningún tipo de asilo o visa humanitaria y está deportando a los hondureños de manera inmediata.

Hay que tomar en cuenta que al menos 114 hondureños decidieron abandonar el sueño de llegar a Estados Unidos y ante las adversidades que viven optaron por solicitar un retorno voluntario.

Persistencia

Y mientras unos son obligados a regresar y otros se rinden, cientos de hondureños continúan a inmediaciones del río Suchiate con esperanzas de entrar a México.

Su fe radica en que los mexicanos cedan el paso y les permitan el paso libre por su territorio para llegar a Estados Unidos, donde buscan pedir refugio bajo el argumento de que huyen de la violencia y la pobreza.

Otros, sin embargo, han optado por regresar a Guatemala desanimados por la férrea vigilancia que ejerce la Guardia Nacional mexicana, que incrementó su presencia en la frontera a la espera de la caravana.

“Cuando se dieron cuenta de que había opciones de refugio, de trabajo en sus lugares de origen, desistieron y voluntariamente están regresando”, alegó el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en su habitual conferencia matinal. Interrogado sobre esta nueva oleada migrante, el mandatario mexicano explicó que el operativo en la frontera procura aplicar la ley “sin violar los derechos humanos”.

Por su parte, el canciller de México, Marcelo Ebrad, explicó que “no tenemos heridos ni situaciones que lamentar, a pesar de las pedradas, si alguien está hoy buscando violencia, en México no la encontrará”.

El gobierno mexicano intenta disuadir a los centroamericanos de ingresar a su territorio de manera irregular y los alienta a acogerse a programas de refugio y empleo temporal en el sur del país.

Tras las multitudinarias caravanas de centroamericanos que llegaron a México a finales de 2018 y principios de 2019, el presidente estadounidense Donald Trump amenazó a México con sanciones comerciales si no tomaba medidas para detener la oleada migratoria.

López Obrador ordenó entonces el despliegue de unos 26,000 militares en sus fronteras norte y sur para contener la oleada de centroamericanos.