Honduras

Masajes terapéuticos por manos unidas con amor

Arnold Banegas y Karen Santos son un matrimonio que apostó por romper los paradigmas sociales al demostrar que su falta de visión no es ningún impedimento para ser miembros activos de la economía de nuestro país

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26.01.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Egresaron del Centro Artesanal e Industrial para Ciegos (Caipac) con la idea de utilizar el conocimiento aprendido como su principal medio de subsistencia y, tres años después, son prueba irrefutable de que una discapacidad no es sinónimo de obstáculo en el camino a la realización de los sueños.

Se trata de Arnold Banegas y Karen Santos, dos jóvenes originarios de diferentes partes de Honduras que coincidieron en un mismo punto sin imaginar que más tarde se convertirían en un matrimonio ejemplar para quienes por infortunio no gozan del sentido de la vista, pero sí de las ganas de salir adelante.

“A un mes de culminar nuestros estudios en la escuela, tomamos la iniciativa de trabajar de manera independiente y abrirnos espacio en el mercado. Por fortuna hemos encontrado a personas que nos han apoyado mucho y es así como logramos conformar nuestro negocio: Masajes Terapéuticos Manos Milagrosas, dijo Santos.

“Comenzamos a trabajar en la laguna de Santa Lucía haciendo masajes de 10 y 15 minutos en una silla. Así fuimos conociendo a la mayoría de los que ahora son nuestros clientes, incluido el dueño de una clínica ubicada en Tegucigalpa, que ha sido una de las personas que más nos ha apoyado prestándonos un espacio”, comentó Banegas.

Siendo ya alumnos externos de Caipac, ambos además han recibido capacitaciones especializadas. Estas han sido impartidas por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), que se encarga de traer voluntarios al país, en este caso, para compartir sus conocimientos en anatomía, masajes a base de aceites, reflexiología, ANMA y shiatsu.

CITAS

Haga sus consultas en Facebook como Masajes Terapéuticos Manos Milagrosas.

Sobre el servicio
Los masajes -en promedio- duran una hora, en donde se mezclan las cinco especialidades ya mencionadas, variando la intensidad y la frecuencia según la necesidad de cada paciente. Cualquier persona es apta para recibirlos, ambos han atendido desde niños de dos años hasta ancianos de 90.

Las sesiones abarcan masajes desde la cabeza hasta los pies con el fin de relajar y eliminar cualquier tipo de malestar físico. Estas se realizan con la persona recostada en una camilla o sentada sobre una silla, inclusive, sin necesidad de que el cliente se desvista. Fuertes dolores de espalda, malas posturas y complicaciones en el nervio ciático -que son males muy populares- son disipados con el tratamiento.

Masajes Terapéuticos Manos Milagrosas tiene su sede principal en Santa Lucía, aunque también trabaja con algunos salones de la capital y ofrece paquetes diferenciados a empresas con un número mayor de empleados. Se reserva a través de citas al teléfono 3278-6335 y en la página en Facebook del mismo nombre.

“Lo que hacemos no es algo empírico. Nuestra sociedad no está adaptada a ver una persona ciega siendo miembro activo de la economía del país y luchamos por romper esos paradigmas. Todos los días nos levantamos con el ánimo de ofrecer nuestro servicio y de demostrar que una discapacidad no limita a nadie”, expresó Banegas.

“Hemos demostrado con hechos que podemos curar. Claro que ha habido tropiezos, algunos ni siquiera han creído en nuestro trabajo, pero al conocerlo nos han manifestado su admiración”, finalizó Santos.