Por David Yaffe-Bellany, Spencer Woodman y Sam Ellefson/ The New York Times
El Presidente Donald J. Trump tiene su propio negocio de criptomonedas. Las empresas de criptomonedas se han autodeclarado seguras y confiables. Y una serie de industrias importantes han experimentado con monedas digitales.
Pero incluso mientras la industria de las criptomonedas gana aceptación generalizada, al menos 28 mil millones de dólares vinculados a actividades ilícitas han fluido a las plataformas de intercambio de criptomonedas en los últimos dos años, arroja una investigación realizada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, The New York Times y otras 36 organizaciones de noticias de todo el mundo.
El dinero provenía de hackers, ladrones y extorsionadores. Fue rastreado hasta ciberdelincuentes en Corea del Norte y estafadores cuyos esquemas se extendían desde Minnesota hasta Myanmar. El análisis mostró que estos grupos repetidamente han transferido dinero a las plataformas de intercambio más grandes del mundo, mercados en línea donde se pueden convertir dólares estadounidenses o euros en monedas digitales.
Entre los receptores de este “dinero sucio” figuró Binance, la mayor plataforma de intercambio de criptomonedas del mundo, que participó en un trato de negocios de 2 mil millones de dólares con la empresa de criptomonedas de Trump en mayo. De acuerdo con el análisis, el dinero también fluyó hacia al menos otras ocho plataformas de intercambio importantes, incluyendo OKX.
“Las fuerzas del orden no dan abasto con la abrumadora cantidad de actividad ilícita en este sector”, afirmó Julia Hardy, una fundadora de zeroShadow, una empresa de investigación de criptomonedas. “No puede seguir así”.
Los primeros días de las criptomonedas estuvieron dominados por ladrones y narcotraficantes, atraídos por el anonimato que ofrecen, haciéndolas útiles para el lavado de dinero. Bitcoin, la criptomoneda más popular, subyacía los mercados de la dark web, donde comerciantes vendían productos ilegales.
Desde entonces, la industria de las criptomonedas ha crecido exponencialmente y se ha profesionalizado, con miles de millones de dólares diarios en transacciones legítimas. Las principales plataformas de intercambio se han comprometido a tomar medidas enérgicas contra los delincuentes que emplean criptomonedas para mover fondos. Binance se declaró culpable de delitos de lavado de dinero en el 2023 y acordó pagar una multa de 4.3 mil millones de dólares al Gobierno de EU tras procesar transacciones para grupos terroristas.
Al mismo tiempo, Trump ha convertido las criptomonedas en una piedra angular de su negocio familiar y puso fin a la represión regulatoria contra el sector. Antes de las elecciones del 2024, él y sus hijos fundaron World Liberty Financial, una startup de criptomonedas que está a punto de generar decenas de millones de dólares al año gracias al trato con Binance. El mes pasado, Trump indultó a Changpeng Zhao, fundador de Binance, quien había purgado cuatro meses en prisión.
La Administración Trump también ha debilitado la capacidad de las fuerzas del orden para procesar los delitos relacionados con las criptomonedas. En abril, el Departamento de Justicia desmanteló un departamento especializado en criptomonedas, argumentando que los fiscales deberían centrarse en terroristas y narcotraficantes y evitar los casos contra “plataformas que estas organizaciones utilizan para llevar a cabo sus actividades ilegales”.
El análisis realizado por The Times y sus colegas ofrece sólo una visión parcial de los fondos ilícitos en las plataformas de intercambio. Sin embargo, se trata de uno de los primeros esfuerzos sistemáticos para rastrear este dinero en plataformas específicas.
Determinar si las bolsas han infringido la ley es algo matizado. Las empresas que procesan dinero ilícito podrían estar cumpliendo con sus obligaciones legales. Pero en Estados Unidos, empresas de criptomonedas han sido enjuiciadas por no crear sistemas internos sólidos para evitar el lavado de dinero.
El análisis se basó en parte en datos agregados recopilados por Chainalysis, una empresa de analítica. El Times y el consorcio también utilizaron registros públicos y consultaron con expertos forenses para identificar cuentas de criptomonedas vinculadas a delincuentes.
Los hallazgos incluyen:
■ Desde que Binance se declaró culpable, la plataforma ha recibido más de 400 millones de dólares en depósitos del Grupo Huione, una empresa camboyana que el Departamento del Tesoro de EU ha señalado por su actividad delictiva. Este año además ingresaron 900 millones de dólares adicionales a las cuentas de depósito de Binance de una plataforma que hackers norcoreanos utilizaban para lavar fondos robados.
■ OKX recibió más de 220 millones de dólares en depósitos de Huione en los cinco meses posteriores al acuerdo extrajudicial de 504 millones de dólares que la plataforma alcanzó con EU en febrero por violar una ley de transferencia de dinero.
■ Las bolsas de criptomonedas de todo el mundo recibieron al menos 4 mil millones de dólares vinculados a estafas en el 2024, de acuerdo con Chainalysis. The Times y sus colegas hablaron con dos docenas de víctimas de estafas con criptomonedas cuyos fondos robados terminaron en Binance, OKX, Bybit y HTX.
■ El año pasado, más de 500 millones de dólares ingresaron a Binance, OKX y Bybit vía “escritorios cripto-a-efectivo”, que permiten intercambiar monedas digitales por billetes. Muchos de estos negocios ofrecen una vía para que delincuentes conviertan monedas digitales en efectivo.
Heloiza Canassa, vocera de Binance, dijo que “la seguridad y el cumplimiento son pilares fundamentales” de la empresa y que, desde su fundación en el 2017, ha respondido a más de 240 mil solicitudes de las fuerzas del orden.
Linda Lacewell, directora jurídica de OKX, dijo que la empresa colabora con las fuerzas del orden “para ayudar a detener el fraude y demás actividad ilícita”, e invierte considerablemente en herramientas de cumplimiento, monitoreo de transacciones y detección de fraude.
Los representantes de HTX no respondieron a las solicitudes de comentarios, y un portavoz de Bybit afirmó que la empresa aplica “una estricta política de tolerancia cero a los delitos financieros”. Una portavoz de la Casa Blanca declinó hacer comentarios, y un representante de World Liberty dijo que la empresa considera a Binance como un mercado para sus monedas y no como un socio comercial.
El Grupo Huione tiene una amplia presencia en Camboya. Este conglomerado financiero ofrece servicios bancarios, de pago y de seguros.
Estos servicios ocultan una actividad mucho más nefasta. Durante años, Huione también ha operado un mercado digital donde comerciantes venden datos personales robados, soporte técnico para estafadores y servicios de lavado de dinero.
En mayo, Estados Unidos prohibió a Huione operar en su sistema bancario, calificándola de “nodo crítico” para ciberataques y estafas de inversión.
Pero Huione ha mantenido vínculos financieros con Binance y OKX.
En un reporte financiero el año pasado, Huione publicó varias direcciones de sus criptobilleteras, que identifican cuentas en el registro público de transacciones de moneda digital. Un análisis de esas billeteras halló que más de 400 millones de dólares fluyeron de Huione a la plataforma de Binance entre julio del 2024 y julio del 2025. En cinco meses de este año, OKX recibió más de 220 millones de dólares en depósitos de las billeteras de Huione.
Los flujos continuaron tras el anuncio de EU en mayo. Las billeteras depositaron al menos 77 millones de dólares en Binance durante los siguientes dos meses y medio, y 161 millones de dólares en OKX, halló el consorcio.
Lacewell afirmó que OKX “suspendió todas las interacciones entre las billeteras de OKX y Huione” en octubre.
Canassa declaró que Binance reacciona adecuadamente cuando se detectan depósitos sospechosos en la plataforma.
Los depósitos en Huione distaron mucho de ser los únicos fondos sospechosos que llegaron a Binance tras su multa con EU. En febrero, un grupo de hackers norcoreano llamado Grupo Lazarus robó 1.5 mil millones de dólares en criptomonedas del exchange Bybit, con sede en Dubai.
En cuestión de días, los norcoreanos desviaron los fondos a un servicio que permite a los usuarios intercambiar criptomonedas. Estaban convirtiendo Ether en Bitcoin.
Durante el mismo periodo, cinco cuentas de depósito de Binance recibieron un pico inusual de 900 millones de dólares en Ether provenientes del mismo servicio de intercambio, reporta ChainArgos, una empresa de seguimiento de criptomonedas.
En vista del momento en que se produjo, el Ether robado era “la única fuente concebible para estas salidas de capital”, afirmó Jonathan Reiter, director ejecutivo de ChainArgos, y Binance debería haberlo detectado como dinero ilícito.
Canassa no abordó directamente el flujo de Ether.
El fraude en inversiones en criptomonedas costó a víctimas 5.8 mil millones de dólares el año pasado, dice el FBI. A menudo, es imposible identificar a los perpetradores.
Antes de abrir una cuenta para un cliente, las plataformas de intercambio presuntamente deben solicitar información personal para prevenir el fraude. Binance compartió información sobre dos cuentas que la policía de Minnesota había vinculado a un caso de fraude ahí. Los archivos incluían direcciones particulares en una aldea china y en una zona rural de Myanmar.
Saw Nang, Yi Liu, Agustin Armendariz, Miguel Fiandor Gutiérrez y Ben Dooley contribuyeron con reportes.
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