Autoridades mexicanas admitieron ayer que fue el robo del cadáver lo que les llevó a descubrir que habían dado muerte al capo del cartel de Los Zetas, Heriberto Lazcano, según declaró un vocero de la Secretaría de Marina Armada.
“Lo que prende los focos rojos es el hurto o la sustracción del cadáver, que da a entender a autoridades locales que se trata de un personaje de mucha importancia”, explicó a la cadena Televisa el vicealmirante José Luis Vergara, portavoz de la Secretaría de Marina Armada.
El significativo golpe al narcotráfico se ha visto opacado por cuestionamientos de prensa a la forma como las autoridades tardaron en identificar al capo y las condiciones que permitieron fuera robado su cadáver.
Lazcano, alias “El Lazca”, “El Verdugo” o “Z-3”, murió el domingo en la tarde al enfrentarse a militares de la Marina afuera de un campo de béisbol cerca a Progreso, un pequeño pueblo de Coahuila (norte), un estado fronterizo con Estados Unidos, adonde había ido a mirar un juego.
Su cadáver y el de un acompañante fueron entregados a la fiscalía, que lo dejó en una funeraria de un pueblo cercano de donde fueron sustraídos en la madrugada del lunes por hombres armados.
Pero la noche del lunes, más de 23 horas después del robo del cadáver, la Marina no había informado que éste había sido sustraído. En el primer comunicado que entregó, se limitó a decir que tenía “fuertes indicios” de que había abatido al sanguinario jefe de Los Zetas, basado en huellas dactilares y fotos tomadas al cadáver.