El presidente de Kenia proclamó el martes victoria sobre los terroristas que atacaron un centro comercial en Nairobi al afirmar que las fuerzas de seguridad 'humillaron y derrotaron a nuestros agresores' después de una crisis sangrienta que duró cuatro días y en la que murieron decenas de civiles.
Uhuru Kenyatta dijo que entre los muertos figuran 61 civiles, cuyos cadáveres fueron recuperados, así como seis efectivos de seguridad, en tanto que aproximadamente 175 personas resultaron heridas y de éstas 62 continúan hospitalizadas.
Tres niveles del centro comercial se derrumbaron y varios cadáveres continuaban atrapados entre los escombros, dijo Kenyatta. La oficina del presidente dijo después que el cadáver de un terrorista figuraba entre éstos.
Otros cinco atacantes fueron muertos a tiros, afirmó el presidente en un mensaje televisado a la nación.
El presidente dijo que otros 11 sospechosos fueron arrestados; las autoridades habían anunciado previamente la detención de siete personas en el aeropuerto y tres más en otra parte.
'Estos cobardes necesitarán la aplicación de la justicia, así como sus cómplices y mecenas, dondequiera que se encuentren', dijo Kenyatta.
Kenyatta declaró tres días de duelo nacional a partir del miércoles.
En el centro comercial Westgate no había indicios inmediatos de que las fuerzas de seguridad estuvieran por poner fin a la operación.
Dos soldados kenianos que habían estado recientemente dentro del centro comercial dijeron a The Associated Press poco antes del mensaje del mandatario que la operación había concluido efectivamente, pero que efectivos de seguridad continuaban recorriendo el lugar y no habían dado el visto bueno a todos los recintos en el interior. Los soldados solicitaron el anonimato porque tenían órdenes de no hacer declaraciones a la prensa.
Durante dos días, las fuerzas kenianas habían dicho que se encontraban en la 'fase final' de la operación, pero eran rechazadas por los extremistas en el interior del centro.
Durante todo el martes se escuchó el estruendo de explosiones que provenían desde el lujoso centro comercial Westgate en Nairobi, igual que disparos de armas de fuego. Por la tarde, una nueva columna de humo salía del inmueble.
La Cruz Roja de Kenia había dicho antes que 62 personas perdieron la vida y todo parecía indicar que la cifra de muertes confirmadas se elevaría a medida que las fuerzas de seguridad recorrieran el centro comercial.
El depósito de cadáveres de la ciudad Nairobi ya se había preparado para la llegada de un gran número de cuerpos, dijo un funcionario.
El portavoz de la Cruz roja de Kenia, Abbas Gullet, dijo que se desconoce cuántas personas más podrían estar muertas en el interior del inmueble.
'Se sabe con certeza que hay más víctimas', afirmó.
Un funcionario dijo a The Associated Press que la morgue se preparaba para recibir otros 60 cadáveres, aunque el funcionario desconocía la cantidad exacta. El funcionario solicitó el anonimato para evitar represalias de las autoridades.
Horas antes, los atacantes vinculados con al-Qaida utilizaron Twitter para difundir su versión sobre la lucha que se libraba al interior del centro comercial; su relato era muy distinto a los informes del gobierno.
'Hay innumerables cadáveres diseminados en el interior del centro comercial, y los mujaidines mantienen sus posiciones', dijo el grupo rebelde somalí al-Shabab en un mensaje por Twitter considerado auténtico.
Dijo que todavía mantenía rehenes, que se 'encontraban vivos, bastante desconcertados, pero, sin embargo, vivos'.
Kenyatta no mencionó en su discurso la situación de los rehenes, si era cierto que se encontraban en poder de los atacantes.
Al-Shabab, cuyo nombre significa 'La Juventud' en árabe, dijo que el ataque fue en represalia por la incursión de fuerzas kenianas en la vecina Somalia en 2011.
Las fuerzas de la Unión Africana expulsaron en 2011 a este grupo afiliado a al-Qaida de la capital de Somalia.
'Podían haber evitado todo esto y vivir sus vidas con relativa seguridad', dijo el martes el grupo por Twitter. 'Retiren sus fuerzas de nuestro país y volverá la paz', apuntó.