TEXAS, ESTADOS UNIDOS.- Han pasado 15 años desde que la vida de la mexicana Melissa Lucio cambió para siempre luego de ser acusada de matar a golpes a su pequeña de dos años.
Fue el 15 de octubre de 2007 que Lucio se estaba mudando nuevamente de casa cuando la pequeña Mariah cayó por las gradas del apartamento de dos cuartos que había alquilado para ella y sus 14 hijos.
Hasta ese momento, la niña parecía no haber sufrido ningún daño por la caída por lo que no fue llevada al hospital, pero dos días después se fue a dormir con sus padres y nunca despertó.
Desde ese día, Lucio ha afirmado en varias ocasiones que ella no es la responsable de la muerte de su hija, mientras que las autoridades del condado de Cameron dicen que hubo evidencia de abuso que permitió su arresta y la condena.
Embarazada de gemelos en aquel entonces, esta estadounidense de origen mexicano tuvo una vida marcada por las agresiones físicas y sexuales, adicciones a las drogas e inestabilidad económica. La policía sospechó inmediatamente que golpeó a su hija y la interrogó largamente apenas unas horas después de la muerte.
Confesión
Dos horas después de que su esposo llamara a los servicios de emergencia porque su hija no respiraba, Melissa fue interrogada por más de cinco horas.
En el video del interrogatorio, se le escucha negar más de 100 veces haber maltratado y golpear mortalmente a Mariah.
Sin embargo, los abogados de Lucio aseguran que la presión a la que fue sometida en la extensa jornada le hizo aceptar haberle hecho algo a su hija.
Asimismo, los defensores aseuran que los fiscales interpretaron erróneamente su declaración como una confesión easesinato, lo que hizo que fuera acusada por homicidio agravado.
Inyección letal
Después de 15 años, en enero de 2022, las autoridades condenaron a Melissa a la pena de muerte.
Las autoridades determinaron que su muerte se ejecutara a través de la inyección letal el próximo 27 de abril.
A pocos días de cumplir con la condena, Lucio ha agotado sus recursos legales, pero su equipo ha presentado una solicitud de clemencia, que suele resolverse hasta unos días antes de la ejecución. Los fiscales también podrían retirar la orden de ejecución y aceptar volver a investigar el caso.
Y si todo eso falla, el gobernador de Texas, Greg Abbott, tiene la autoridad para retrasar la muerte de Lucio.
