Roma, Italia.- En una ceremonia solemne ante más de 200,000 personas reunidas en la plaza de San Pedro, el papa Francisco fue recordado este sábado no solo como un líder espiritual cercano a los más vulnerables, sino también como un incansable defensor de la paz y la fraternidad global.
Durante la homilía, el cardenal Giovanni Battista Re destacó uno de los mensajes más poderosos de su pontificado: “Construir puentes y no muros”, frase que el papa Francisco pronunció en presencia de líderes mundiales, incluido el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, en un contexto marcado por tensiones migratorias y propuestas de aislamiento.
El homenaje, cargado de simbolismo, no pasó desapercibido dada la figura de Trump entre los asistentes al funeral, recordando un momento en el que el pontífice dejó clara su postura a favor de la inclusión y en contra de la división.
El cardenal Re también subrayó la incansable lucha de Francisco por la paz en un mundo azotado por guerras, su cercanía con los pobres, los refugiados y los marginados, y su visión de una Iglesia de puertas abiertas para todos. Recordó además su primer viaje a Lampedusa, símbolo de la tragedia migrante, su misa en la frontera entre México y Estados Unidos, y su histórico viaje a Irak en 2021, como gestos que marcaron su compromiso con los olvidados.
La imagen de un Francisco frágil, pero aún firme en su última bendición desde el balcón de la basílica de San Pedro, quedó grabada en la memoria colectiva como el último acto de entrega de un papa que, hasta el final, eligió estar cerca de su pueblo.