Seguridad de un lado, libertad de expresión, protección de la vida privada y limitaciones técnicas del otro: los pedidos para frenar las actividades de los yihadistas en las redes sociales se intensificaron tras los ataques de París y California, pero suscitan numerosos inconvenientes.
'Vemos una gran presión tanto en Europa como en Estados Unidos, los líderes políticos piden a las empresas hacer más', pero esto solo podría hacerse con 'grandes consecuencias para las libertades individuales', advierte la experta Emma Llanso, del Centro para la Democracia y la Tecnología en Washington.
En Estados Unidos el presidente Barack Obama pidió ayuda a los grupos tecnológicos después de la matanza de San Bernardino, uno de cuyos autores había prometido lealtad a la organización yihadista Estado Islámico (EI) en Facebook.
La Comisión Europea organizó recientemente un foro para iniciar un diálogo entre los gobiernos y las grandes empresas de Internet sobre la lucha contra la radicalización y la propaganda terrorista.
Varias reuniones similares se realizaron en Francia, que fue escenario doble de ataques terroristas en enero y noviembre. Los diputados franceses han modificado la ley del estado de emergencia con el fin de bloquear algunas publicaciones en línea y se ha previsto la puesta en marcha de sistemas de contrapropaganda.
- Violación de las libertades -
El uso generalizado de Internet por los yihadistas inquieta, especialmente las campañas que realiza el llamado Estado Islámico 'que pueden convertirse en virales', señaló el miércoles el director del FBI, James Comey.
'Estamos en una nueva era, donde los grupos terroristas como el Estado Islámico utilizan las redes sociales para reinventar la forma en que reclutan y planean sus ataques', insiste la senadora demócrata Dianne Feinstein, coautora de un proyecto de ley que obligaría a las empresas tecnológicas a informar cuando tengan conocimiento de posibles actividades terroristas.
'Esta información puede ser la clave' para detener los yihadistas, asegura. Pero el sector tecnológico y los defensores de las libertades civiles temen posibles consecuencias indirectas de esta ley.
El texto no define claramente el contenido previsto y cubre un 'enorme universo', incluidas las redes sociales, los motores de búsqueda, los blogs, los servicios de mensajería o de almacenamiento de datos, señalaron el viernes en una carta nueve organizaciones agrupadas en la Asociación de Internet, que congrega a los gigantes del sector.
'La gama es increíblemente extensa', indica Emma Llanso, pues va mucho más allá del simple retiro de contenido público para obligar a 'divulgar la información personal de un usuario y el contenido de sus comunicaciones', entre otras violaciones a la privacidad.
13.12.2015
San Francisco, Estados Unidos
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