El Ejército mexicano desarmó a la policía de la ciudad de Iguala (sur) donde hace una semana desaparecieron 43 estudiantes que fueron atacados por agentes municipales y narcotraficantes, informó este lunes la Comisión Nacional de Seguridad.
La medida forma parte de un despliegue de fuerzas federales ordenado este lunes por el presidente Enrique Peña Nieto para tomar el control de la convulsa localidad y esclarecer la suerte de los 43 desaparecidos, que se teme estén enterrados en las fosas clandestinas halladas el fin de semana.
Efectivos del nuevo cuerpo especial de Gendarmería, apoyados por el Ejército, asumen desde este lunes las 'tareas de seguridad pública' de este municipio de 140.000 habitantes, informó a medios el comisionado de seguridad, Monte Alejandro Rubido.
Un total de 22 policías de Iguala habían sido detenidos y acusados de trabajar para el grupo del crimen organizado Guerreros Unidos a raíz de los hechos del 26 de septiembre, cuando los agentes y narcotraficantes dispararon -por motivos aún desconocidos- contra varios autobuses de los que se habían apoderado los estudiantes de magisterio de una escuela rural.
En esos tiroteos murieron seis personas, incluidos tres estudiantes, y se reportó la desaparición de otros 43 alumnos, muchos de los cuales fueron vistos por última vez en patrullas policiales.
'Los policías municipales aún en activo han sido desarmados por la Secretaría de Defensa Nacional', dijo Rubido sin detallar el número de agentes.
Los policías serán trasladados a una base militar de evaluación en el centro del país, mientras se determina si sus armas fueron empleadas para delitos, explicó.