El gobierno argentino permitirá a partir del lunes la compra de dólares en el mercado oficial, tras una brusca devaluación del peso, al revertir una impopular medida en un contexto de alta inflación y sangría de reservas monetarias.
La presidenta Cristina Kirchner dispuso “autorizar la compra de dólares para tenencia y ahorro”, dijo el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, en rueda de prensa en la Casa Rosada (gobierno) junto al ministro de Economía, Axel Kicillof.
La mandataria -quien reapareció el miércoles tras un mes de ausencia- no hizo ningún comentario sobre esta medida que pone fin al cepo cambiario vigente desde 2011 ni envió sus habituales tuits.
Tan sólo en dos días, entre miércoles y jueves, el gobierno dejó que el peso se devaluara casi un 14%, un nivel que no se veía desde el año 2002, un año después del estallido de la peor crisis financiera en el país.
Al cierre del mercado del viernes, la moneda se mantuvo estable a 8.01 pesos y en el mercado marginal bajó fuerte, de 13 a 12 pesos.
Durante la jornada, el Banco Central tuvo que vender 160 millones de dólares, según operadores citados por portales financieros.
Otra medida de alivio de los controles cambiarios será que a partir del lunes se reducirá del 35% al 20% el recargo impositivo que pesa sobre las compras con tarjeta de crédito en el exterior (turismo), dijo el coordinador de los ministros.
La tasa de 20% también regirá en el caso de la adquisición de dólares, euros u otras monedas.
Control
“El lunes se van a poder comprar dólares en función de los ingresos declarados al fisco”, precisó Kicillof más tarde en declaraciones radiales, al revelar que la liberación de ventas de divisas no será absoluta.
“La efectividad de la medida se podrá medir a partir del lunes. El gobierno está tratando de anclar las expectativas. Hay que ver que tan fácil es acceder a estos dólares”, opinó al canal TN el economista Rodrigo Álvarez, de la consultora Anaylitica.
Devaluación
“El precio del dólar (mercado oficial) ha alcanzado un nivel de convergencia aceptable para los objetivos de la política económica”, argumentó Capitanich en su declaración.
Grandes grupos económicos venían reclamando una solución del gobierno a la falta de competitividad de la economía por el atraso cambiario y equiparar el valor del peso a una inflación que las consultoras económicas calculan en casi el 30% anual.
La incertidumbre había persuadido a los ricos exportadores agrícolas de soja, maíz y derivados a retener su cosecha y no liquidar sus dólares ante el Banco Central, cuya arcas lucen débiles con un saldo de 29.000 millones de dólares, lejos de los 52.000 millones que atesoraba en 2011.
Los analistas advierten que el gobierno debe concentrarse ahora en reducir la inflación, la segunda más elevada en América Latina después de Venezuela.
El gobierno venía administrando una pequeña devaluación del peso desde comienzos de 2013, pero esta semana indujo una fuerte baja de 13.9% entre miércoles y jueves, la mayor desde 2002 cuando el país se sacudía tras el colapso del tipo de cambio fijo que rigió durante 11 años, hasta diciembre de 2001.
En momentos en que la moneda oficial se devaluaba el jueves, especuladores del mercado negro negociaban en las llamadas “cuevas financieras” el billete verde a 13 pesos.