CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO. -El presidente mexicano,
Andrés Manuel López Obrador, rechazó este miércoles haber sido comunista como señalan archivos de inteligencia desclasificados por su mismo gobierno y entre los que se incluye un expediente sobre sus actividades políticas durante décadas.
El izquierdista hizo el desmentido después que el diario El Universal difundió el expediente en el que se señala que López Obrador se rodeó de militantes de grupos comunistas cuando tuvo un cargo público en los años 1970, época en la que militaba en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que por siete décadas ejerció un gobierno de partido único.
'Muchas cosas ahí (son) inventadas. Ahí viene por ejemplo que era yo miembro del Partido Comunista (...) y que yo apoyaba y financiaba a ese partido y a otros de izquierda. No era yo militante del Partido Comunista, pero sí apoyaba yo a los luchadores sociales', dijo el presidente en su rueda de prensa matutina.
El mandatario ordenó abrir esta semana los archivos de los servicios de inteligencia que han existido en México desde hace un siglo y en los que se recogen episodios como la persecución de opositores, sobre todo entre las décadas de 1960 y 1980, etapa denominada por historiadores como 'Guerra sucia'.
Aunque es señalado de comunista, un militante del extinto Partido Socialista Unificado de México tilda a López Obrador también 'traidor' a la izquierda por, presuntamente, haber provocado divisiones entre organizaciones de su estado natal de Tabasco para beneficiar al PRI.
'Se cometieron grandes injusticias por etiquetar a luchadores sociales. Se reprimió mucha gente. Campesinos, que ni sabían qué era el comunismo y fueron acusados y reprimidos por eso. Entonces, nunca más un régimen autoritario que persiga a las personas por sus ideales', añadió el mandatario.
López Obrador comentó que sus asesores le sugirieron que su archivo quedara en la reserva por ser el presidente, pero lo rechazó: 'No tengo nada que ocultar. Y siempre he luchado por mis ideales y por mis principios'.
Las consultas de estos archivos, que se encuentran en la antigua prisión de Lecumberri, en el centro de la capital, son libres y sólo quedan en reserva datos que establece la ley, como la protección de menores y la vida privada de los ciudadanos.
El izquierdista hizo el desmentido después que el diario El Universal difundió el expediente en el que se señala que López Obrador se rodeó de militantes de grupos comunistas cuando tuvo un cargo público en los años 1970, época en la que militaba en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que por siete décadas ejerció un gobierno de partido único.
'Muchas cosas ahí (son) inventadas. Ahí viene por ejemplo que era yo miembro del Partido Comunista (...) y que yo apoyaba y financiaba a ese partido y a otros de izquierda. No era yo militante del Partido Comunista, pero sí apoyaba yo a los luchadores sociales', dijo el presidente en su rueda de prensa matutina.
El mandatario ordenó abrir esta semana los archivos de los servicios de inteligencia que han existido en México desde hace un siglo y en los que se recogen episodios como la persecución de opositores, sobre todo entre las décadas de 1960 y 1980, etapa denominada por historiadores como 'Guerra sucia'.
Aunque es señalado de comunista, un militante del extinto Partido Socialista Unificado de México tilda a López Obrador también 'traidor' a la izquierda por, presuntamente, haber provocado divisiones entre organizaciones de su estado natal de Tabasco para beneficiar al PRI.
'Se cometieron grandes injusticias por etiquetar a luchadores sociales. Se reprimió mucha gente. Campesinos, que ni sabían qué era el comunismo y fueron acusados y reprimidos por eso. Entonces, nunca más un régimen autoritario que persiga a las personas por sus ideales', añadió el mandatario.
López Obrador comentó que sus asesores le sugirieron que su archivo quedara en la reserva por ser el presidente, pero lo rechazó: 'No tengo nada que ocultar. Y siempre he luchado por mis ideales y por mis principios'.
Las consultas de estos archivos, que se encuentran en la antigua prisión de Lecumberri, en el centro de la capital, son libres y sólo quedan en reserva datos que establece la ley, como la protección de menores y la vida privada de los ciudadanos.