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En Estados Unidos la fe no solo mueve montañas, también pone presidentes

Los cristianos evangélicos conforman una comunidad fuerte en Estados Unidos. Hace cuatros años fueron esenciales en el triunfo de Trump, pero ahora se diluye un poco ese apoyo

03.11.2020

WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS. La fe mueve montañas. En Estados Unidos, unge presidentes.

No es una exaltación ni una declaración religiosa, sino la lectura de cómo presiona el voto cristiano-evangélico para elegir el gobernante de Estados Unidos.

En una nación donde el 50% de la población afirma que la religión ocupa un papel importante en su vida y el 63% se identifica con el cristianismo (según encuestas del Pew Research Center), un grano de fe puede representar un voto a favor.

Quien hizo una buena lectura fue Donald Trump hace cuatro años. Este 2020 que corre por la reelección apela a la fe de los evangélicos para continuar en el cargo cuatro años más.

Sin embargo, los cimientos de esa relación pueden resquebrajarse en la elección donde enfrenta a Joe Biden, aunque se desconoce cuánto.

Vea además: Resultados en tiempo real de las elecciones en Estados Unidos

El matrimonio perfecto: Trump y cristianos

Antes de 2016 (o 2015) nadie recuerde a Donald Trump como un hombre de iglesia los domingos. ¿Ofrendando o al frente de causas religiosas? Tampoco.

Sin embargo, tras correr por la candidatura del Partido Republicano contrajo matrimonio con la comunidad evangélica, que históricamente ha apoyado a este instituto político. Entonces, empieza una luna de miel.

De repente, Trump hace suyas las banderas del evangelismo: prohibir el matrimonio entre las personas del mismo sexo, frenar la agenda LGTBI y abolir el aborto.

Lo podemos decir de otra forma, o como dirían en cualquier familia evangélica de los Estados Unidos: Trump quiere rescatar los valores morales y los demócratas destruir a la familia tradicional.

Tampoco es de extrañarse que en una casa protestante o una prédica del domingo califiquen a Trump como 'enviado divino' que libra como una lucha contra las fuerzas del mal.

Contra este tipo de dogma religioso, no hay debate que valga. De ahí que Trump tenga esta plataforma sólida de apoyo.

De interés: ¿En qué consiste el apoyo de la comunidad evangélica a Trump?

“El cristianismo tendrá poder”, prometió Trump en una pequeña universidad en Sioux Center, Iowa, en enero de 2016.

“Si llego ahí, ustedes van a tener mucho poder, no necesitarán a nadie más. Van a tener a alguien que los representará muy muy bien. Recuerden eso”, agregó.

Como prueba de esta alianza, la siguiente tabla ilustra la preferencia entre Trump y Biden según el tipo de votante por religión y raza.

Los primeros problemas

Esa relación tan fuerte empieza a menguar este 2020. Cuando la pandemia del covid-19 y los problemas económicos surgen en marzo, la agenda pasa de 'defender los valores de la familia' a salvar vidas y crear empleo. Y el gobierno de Trump parece no lograr ambos.

Más de 200,000 muertes por coronavirus y una tasa de desempleo del 7.4% vatifican un golpe en la campaña de Trump.

El republicano tenía para febrero de 2017 una aprobación del 76% en el votante tipificado como protestante evangélico blanco. En octubre había caído al 72%.

Lo mismo ocurrió con los blancos católicos: de 58 a 54% de aprobación. Con el electorado protestante como tal esa aprobación estaba en 51% y cayó al 50%.

No cabe gran discusión que el cristianismo logró bastante poder estos cuatro años en Estados Unidos, pero queda la duda... ¿mantendrá a Trump en el poder?