Su carita morena tostada por la brisa y los rayos del sol adquirió una expresión de felicidad.
Sus ojos oscuros se resistían a apartarse de la bolsa, cuya transparencia dejaba ver el juguete por el que tanto tiempo había esperado.
Con alegría extendió sus manos para recibir su obsequio y con un tímido “muchas gracias” mostró su satisfacción.
Así fueron los momentos que vivió el pequeño Lester López, de cinco años, ante la visita que le hiciera Soli-Diario y la campaña “Regale un juguete en Navidad”.
La misión de dibujar sonrisas en menores de escasos recursos que viven en la periferia capitalina llevó al trineo de Santa a estacionarse en la aldea La Soledad.
Emoción y sorpresas
Convocados con anticipación, unos 250 menores aguardaban bajo el cálido sol, la llegada de un grupo de visitantes quienes tenían preparado para ellos una agradable sorpresa.
No tuvieron que esperar mucho ni hacer esfuerzos para adivinar que se trataba de una de una entrega de juguetes, aunque sí difícil de creer ya que estos sectores son poco visitados y menos si se trata de hacer donaciones.
Del vehículo que recién se estacionaba en las estrechas y polvorientas calles y frente a la iglesia Éxodo 14:14, que en días anteriores sirvió de albergue a los damnificados por lluvias, bajaron las Caritas Felices, íconos de la campaña Soli-Diario que por ocho años consecutivos impulsa EL HERALDO.
La emoción fue mayor una vez que se bajaron los presentes, enviados por empresas, entidades y capitalinos solidarios, y se les pidió que se ordenaran en fila.
Las muñecas, trastecitos, cuerdas, juegos de belleza, entre otros, se volvieron un desafío para las niñas que entre ellas comentaban “Yo quiero que me toque la muñeca” o “Me gustan los trastecitos”.
Mientras tanto los niños no apartaban sus ojos de los carros, aviones, motocicletas y bates con pelotas.
El momento más emocionante fue cuando le llegó el turno a Jackeline Mitchel Domínguez y a Nelson Aroni Hernández de recibir sus juguetes. “Qué bonito este juego de trastecitos, voy a jugar a la comidita con ellos, y los voy a cuidar”, declaró la pequeña.
Y así los juguetes llegaron a manos de los 250 menores, quienes para esta Navidad harán realidad el sueño de tener un obsequio.
“Queremos agradecer a EL HERALDO porque se ha acordado de venir a esta comunidad que es muy pobre, y de estos niños para estas fiestas especiales”, expresó Hilda Barahona, habitante.
En los próximos días Soli-Diario continuará en su misión de dibujar sonrisas, pues la meta es llegar a 10 mil niños capitalinos y de tierra adentro.