Lía Bueso de Castellanos se ha convertido en un heroína de la salud desde julio de 2007 cuando creó la Fundación Hondureña contra el Cáncer de Mama (Funhocam).
Un compromiso que, según relata, adquirió desde los años noventa, cuando decidió emprender una labor que trascendía su deber como médico.
Y esa misión era reducir la brecha del pobre acceso a la salud que vivían las mujeres que asisten a los hospitales públicos.
El Goliat al que se enfrenta como un David lleno de fe y compromiso desde su organización es el cáncer de mama, la segunda causa de muerte de las mujeres en el país.
Un gigante al que enfrenta con entereza y al que ha logrado lanzarle unas cuantas piedritas que detienen su mortal avance, con 30 evaluaciones médicas gratuitas al día y la donación de mamografías.
Durante octubre -el mes dedicado a la lucha contra el cáncer de seno-, Funhocam donó unas 100 mamografías a mujeres de escasos recursos.
“El cáncer es una enfermedad bastante trágica en la familia porque no solo afecta a la mujer sino que a todo el grupo familiar, es un mal que va en aumento y si no nos preocupamos por la prevención se nos va a ir de las manos”, afirma.
Como presidenta honoraria ha logrado posicionar la fundación como uno de los referentes en el monitoreo de los avances de esta terrible enfermedad, pues de cada 10 féminas que se someten a un chequeo en el consultorio de la fundación, al menos tres podrían presentar un diagnóstico positivo.
Y es gracias a esa detección temprana que ha logrado salvar la vida de muchas mujeres que lucharon contra la enfermedad y han salido victoriosas del campo de batalla.
Don de servicio
Su labor humanitaria no se limita a la capital, pues a su consultorio llegan ciudadanas procedentes de las comunidades como El Paraíso, Sabanagrande y Zamorano, así como de diferentes municipios aledaños a la ciudad.
Su don de servicio la lleva a no solo brindar asistencia médica, sino a donar hasta de sus recursos para sufragar gastos como transporte, medicinas y alimentación para evitar que sus pacientes abandonen su tratamiento.
Por su dedicación ha logrado que 10 profesionales de la medicina se unan a su causa y ofrezcan sus servicio sin recibir honorarios médicos.
Para muchas de sus pacientes ella es un “ángel de la guarda” que las protege en los momentos más duros de su vida.
“Lo más difícil de enfermarse es saber que uno no tiene dinero para pagar ni el médico ni sus medicinas, por eso yo agradezco eternamente a Funhocam”, asegura Santos Zelaya, paciente del programa.
