Hondureños en el Mundo

Segunda caravana migrante logra ingresar a Chiquimula, Guatemala

Del viernes al domingo se atendieron 1, 028 solicitudes de refugio en ese paso fronterizo, según el gobierno de México

22.10.2018

CHIQUIMULA, GUATEMALA.- La segunda caravana migrante de hondureños ingresó a eso de las 6:00 de la tarde de este lunes a la ciudad de Chiquimula, Guatemala, tras un largo diálogo de con la Policía Nacional Civil y el Ejército del país vecino.

El nuevo grupo de catrachos llegó a las afueras de la mencionada ciudad, donde era esperado por varios uniformados que formaron un retén policial.

Tras más de dos horas de espera, el grupo de migrantes entró y comenzó a cantar el Himno Nacional de Honduras mientras continuaban su recorrido hasta uno de los albergues donde pasarán la noche.

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Se espera que mañana los hondureños continúen su camino hacia Zacapa, desde donde intentarán llegar a las frontera con México para seguir con su sueño de llegar a los Estados Unidos.

El primer grupo de viajeros ingresó a México el pasado viernes tras derribar los portones de la frontera occidental entre México y Guatemala. El grupo de migrantes recorre Chiapas, mientras otros han optado por regresar.

Poco más de 700 que sí entraron legalmente, según datos oficiales, están alojados en albergues del gobierno en Chiapas en espera de tramitar refugio o visas.

Del viernes al domingo se atendieron 1, 028 solicitudes de refugio en ese paso fronterizo, según el gobierno.

Organizaciones civiles protectoras de migrantes difundieron en Tapachula un comunicado responsabilizando al gobierno de México de 'los tratos crueles, inhumanos y degradantes cometidos' contra los migrantes y de realizar detenciones arbitrarias.

Pese a ello, una segunda caravana de casi mil hondureños inició el domingo la travesía desde Guatemala.

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El trayecto por México puede tomarles un mes y van con el 'riesgo latente' de ser detenidos, según Rodrigo Abeja, activista de Pueblos Sin Frontera.

Sin documentos, los migrantes quedan en la clandestinidad y a merced de traficantes de personas o de drogas que los secuestran o buscan reclutarlos contra su voluntad.

En 2010, un grupo de 72 migrantes de Centro y Sudamérica fueron secuestrados por el cartel de Los Zetas y asesinados porque se negaron a unírseles, según el gobierno. Sus cadáveres fueron hallados en una bodega de Tamaulipas, fronteriza con Estados Unidos.

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