Tegucigalpa, Honduras.-Convertirse en ciudadano estadounidense ahora es un proceso más difícil y exigente. Las reformas migratorias aprobadas este 2025 endurecieron los requisitos para los residentes que buscan naturalizarse, introduciendo nuevos filtros sobre conducta, integración social y conocimiento cívico.
El gobierno justifica los cambios como una forma de “reforzar los valores nacionales”, aunque para muchos representan un obstáculo adicional.
Uno de los principales ajustes está en la evaluación del “buen carácter moral”. Antes bastaba no tener antecedentes penales, pero ahora se revisan detalles como la conducta comunitaria, el pago de impuestos y la estabilidad personal. Esto amplía las razones por las que una solicitud puede ser rechazada.
Además, las autoridades migratorias pueden revisar las redes sociales de los solicitantes, para detectar discursos considerados extremistas o contrarios a los valores estadounidenses, una medida que ha sido criticada por su impacto en la privacidad y la libertad de expresión.
El examen de civismo también cambió: ahora es más largo y complejo, con esto se busca garantizar que los futuros ciudadanos comprendan a fondo la historia y el sistema político del país, aunque muchos inmigrantes lo ven como un nuevo reto económico y educativo.
Estas reformas apuntan a un modelo de ciudadanía más selectivo. El gobierno insiste en que busca premiar el compromiso con la nación, pero los críticos afirman que se trata de un proceso de exclusión que complica innecesariamente la integración de los inmigrantes.