Tegucigalpa, Honduras.- Los puntos fronterizos terrestres que tiene Honduras, por mucho tiempo, han sido espacios donde las personas que ingresan o salen no se llevan la mejor de las experiencias, por las pocas instalaciones adecuadas.
En un esfuerzo por mejorar la atención y brindar condiciones dignas a los ciudadanos que transitan por las fronteras del país, el Instituto Nacional de Migración (INM) ha emprendido una serie de trabajos de remodelación y ampliación en varios puntos fronterizos estratégicos, según informó el titular de la institución, Wilson Paz.
Uno de los principales retos ha sido agilizar los procesos de atención migratoria. Para ello, se han simplificado los procedimientos, contratado más personal y reforzado la infraestructura tecnológica.
“En fronteras como El Amatillo, por donde pasan más de un millón de personas al año, y Corinto, con casi medio millón, hemos incorporado más personal y mejorado el acceso a internet”, explicó Paz.
El funcionario también destacó las obras de remodelación que se realizan en las fronteras integradas con Guatemala, como ser El Florido, Corinto y Agua Caliente.
En estos puntos, que comparten instalaciones con autoridades guatemaltecas, Honduras ha ampliado el número de ventanillas para optimizar la atención.
En cuanto a las fronteras con El Salvador, Paz mencionó que en el Punto de Atención Integrada (POI) se ha enfrentado un problema legal relacionado con litigios de tierras, lo que ha limitado el avance de ciertas remodelaciones.
Sin embargo, en Mapulaca, Lempira, se ha construido una nueva sede fronteriza con una inversión de ocho millones de lempiras.
“Antes era un contenedor de rastro, ahora es un edificio de dos plantas con oficinas, habitaciones para el personal y condiciones dignas”, detalló.
El director también hizo referencia a la frontera de Pasa Monos, en el departamento de La Paz, cuyas condiciones son actualmente óptimas, aunque se prevé realizar mejoras adicionales.
En El Amatillo, además de remodelaciones internas como la reparación de aires acondicionados y cielos falsos, se ha instalado una planta eléctrica valorada en más de un millón de lempiras, para garantizar el funcionamiento en caso de fallas en el suministro de energía.
Una de las apuestas más ambiciosas es la próxima remodelación del edificio patrimonial de El Amatillo.
Dado su condición histórica, no se puede modificar la estructura original, pero se ampliará con salas de espera climatizadas y televisores, al estilo de un aeropuerto.
“Será una imagen impactante para la principal frontera del país. Tendrá un valor entre 20 a 25 millones de lempiras”, anunció Paz.
Además, se realizan supervisiones en otras fronteras como San Marcos, Trojes, Guasaule e incluso se contempla intervenir en la Mosquitia, una zona de difícil acceso.
“Aunque allá no hay acceso vehicular, tenemos que ver qué hacemos para que todas las fronteras reflejen el compromiso de este gobierno con la atención humanizada”, puntualizó el director del INM.
Finalmente, Paz enfatizó que estos avances son reales y verificables, y que la población podrá constatar las inauguraciones y mejoras en cada uno de estos lugares.
“Estamos haciendo, las cosas bien. Estas acciones muestran un verdadero esfuerzo por transformar la atención migratoria en todo el país”, concluyó el funcionario.