Decenas de pescadores que desde el mes de enero tienen tomadas las fincas camaroneras del grupo Ibermar, que son propiedad del gobierno, suplicaron al presidente de la República, Juan Orlando Hernández, que les dé las fincas en arrendamiento o concesión.
Son tres cooperativas las que están en posesión de estas fincas: Coopemal, Coopesajol y Coopenpal. En ellas se aglutinan 150 pescadores de diferentes comunidades del municipio de Marcovia.
José Ramón Trujillo, presidente de la Cooperativa de Pescadores Esfuerzos Marinos Limitados (Coopemal), dijo que la falta de recursos en el golfo de Fonseca los tiene sin llevar sustentos a sus familias.
Trujillo explicó que ahora han encontrado una alternativa en la camaricultura, por lo que “hemos tomado estas tierras que no son de la empresa privada sino que del gobierno, por ende, tenemos derechos”.
No les estamos pidiendo que nos regalen sino que nos den la oportunidad de trabajar y si es necesario que las paguemos, lo haremos, pero con las facilidades necesarias mientras realizamos las producciones, propuso el pescador.
“Le pedimos al presidente de la República, que hemos visto en él la sana intención de ayudar a los más desprotegidos, que interponga sus buenos oficios y que eche una mirada a la zona pesquera del sur, que es totalmente vulnerable”, dijo.
El pescador negó que entre las personas que están luchando por la concesión de las fincas camaroneras haya empresarios o personas pudientes.
De las seis fincas camaroneras que hay en la zona, los pescadores de manera artesanal han habilitado tres lagunas, las que ya tienen sembradas y están en el proceso de crecimiento del camarón.
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En la finca camaronera Acuatec unos 50 pescadores están en posesión de ella, misma que posee 18 lagunas en una extensión de terreno de 220 hectáreas.
De estas 18 lagunas, los productores han cultivado tres, las que recientemente acaban de sembrar con sus propios recursos.
Desde hace tres años la finca tiene destruida una bomba y la mayoría de las compuertas de las lagunas, por lo que se necesita una inversión millonaria para su recuperación.
Según los pescadores, pese a que estas tres fincas están destruidas, de manera artesanal las reconstruyeron y han logrado sembrarlas y esperan tener financiamiento para su rescate.
Esperan que para el mes de mayo obtengan su primera cosecha para recuperar la inversión. Solo en la compra de larva los costos ascienden a más de medio millón de lempiras, más el poseso de alimentación.
En el proceso de engorde se invirtió alrededor de 750 mil lempiras cada cooperativa, sin tomar en cuenta el trabajo que cada uno de los socios ha puesto y seguirá poniendo en el proceso.
Mario Flores, representante de Coopesajol, dijo que con la concesión de estas fincas camaroneras a los pescadores no solo nosotros nos beneficiaríamos, sino que también habría una buen número de empleos en las zonas donde están ubicadas las fincas.
Flores invitó al presidente de la República a que venga a estas fincas camaroneras a inaugurar 150 nuevos empleos directos y el doble de manera indirecta para cumplir la promesa de empleo que hizo en su campaña.
Los pescadores dicen que están dispuestos a luchar porque el gobierno les dé una respuesta positiva, ya que de lo contrario sus familias se morirían de hambre, pues la pesca artesanal no es opción para ellos.