Tegucigalpa, Honduras.- Una nube de polvo originada en el desierto del Sahara vuelve a desplazarse sobre el océano Atlántico, alcanzando el Caribe, Centroamérica y zonas del norte de Honduras.
El fenómeno ocurre todos los años por efecto de los vientos alisios, que arrastran millones de toneladas de partículas desde el norte de África.
La masa de aire que transporta este polvo es seca y cálida, cargada con diminutas partículas minerales. Estas se elevan desde la superficie sahariana y son impulsadas por corrientes de aire que soplan de este a oeste sobre el Atlántico Norte.
El trayecto se extiende por miles de kilómetros y, cuando los vientos alcanzan su máxima intensidad —entre mediados de junio y mediados de agosto—, la nube puede abarcar desde el Caribe hasta partes del sur de Estados Unidos.
En su ruta hacia el continente americano, el polvo se va disipando, pero en ocasiones mantiene una concentración suficiente para producir cielos brumosos y alterar mínimamente la visibilidad en la región.
En Honduras, estas condiciones se hacen perceptibles principalmente en el litoral atlántico y zonas del norte.
Actualmente, los registros indican que las concentraciones no superan los 3 microgramos por metro cúbico, cifra que no representa riesgo para la salud ni implica afectaciones para la población, según los monitoreos en la región del mar Caribe.
Aunque su presencia actual es leve, el polvo del Sahara influye en diversas dinámicas atmosféricas. Su llegada puede reducir la probabilidad de lluvias al modificar la estructura de las nubes y, al mismo tiempo, transportar nutrientes que fertilizan suelos y ecosistemas marinos.
La llegada anual de esta masa de polvo se considera un proceso natural, que seguirá ocurriendo mientras persistan las condiciones climáticas que lo originan.
Su monitoreo permite anticipar variaciones estacionales en el ambiente y posibles implicaciones en la calidad del aire.
Las autoridades y el Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos) continúan observando su evolución. Hasta ahora, no se prevén afectaciones mayores en el país, pero se mantiene la vigilancia ante posibles cambios en su intensidad o trayectoria.
ETIQUETA DE TRANSPARENCIA: Esta nota fue realizada de forma semiautomatizada con inteligencia artificial para el programa de Acción Climática de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), del cual EL HERALDO es partícipe.