Honduras

Pescadores en La Mosquitia siguen arriesgado su vida en tan peligrosa faena

Más de 100 buzos misquitos han muerto en los últimos ocho años. En Gracias a Dios, que depende de la pesca, solo hay una cámara para atender pacientes afectados por sumergirse en las profundas aguas del Caribe
13.02.2024

SAN PEDRO SULA, HONDURAS.- Ganarse la vida, incluso a expensas de enfrentarse a la muerte, es la dura realidad de cientos de buzos artesanales en La Mosquitia hondureña, en el departamento de Gracias a Dios.

La triste escena que proyectan las fotografías, de decenas de pescadores misquitos lisiados, mutilados o en sillas de rueda solo es el reflejo del resultado de dedicarse a tan peligrosa actividad económica, con la que llevaron en tiempos mozos, los alimentos a la mesa de su hogar. Cada día de su vida económicamente activa se lanzaron una y otra vez al mar con la esperanza de sacar mariscos en las profundidades del Caribe, sin equipo especial para respirar, aunque la atrevida acción les deparara una lesión. A la fecha, son más de 1,500 buzos los que les toca vivir de esta manera. Solo les queda solicitar apoyo al gobierno y a las organizaciones no gubernamentales.

Drama, muerte y pobreza: Así viven los pescadores de La Mosquitia

Urgen de atención Los pescadores misquitos activos solo ruegan una cosa: no tener que pedir auxilio médico en Gracias a Dios porque el hospital ubicado en Puerto Lempira atiende a 130,000 habitantes y apenas posee una cámara hiperbárica para tanto paciente. Por su uso (cada sesión) deben pagar más de 15,000 lempiras, cuentan.

En esa odisea de no lograr pagar su tratamiento y a falta de atención médica después de accidentes sufridos en plena faena, más de 100 buzos han fallecido en los últimos ocho años, estima la Asociación de Buzos Lisiados de Gracias a Dios (Ambli).

La Asociación para Fortalecer la Técnica, Científica y Comercialización de la Pesca del Pepino de Mar en Honduras (Afotech).

“Necesitamos varias cámaras hiperbáricas para que nuestros compañeros no sigan muriendo. Nosotros trabajamos en lugares lejanos en los bancos de pesca y cuando se nos presentan los problemas tenemos que llevar al compañero al hospital de Puerto Lempira o a Roatán, en barco o en avión. Muchas veces llegamos tarde y mueren”, dijo Eleazar López, presidente de Ambli.

Una cámara hiperbárica es un dispositivo hermético en forma de cápsula en el cual introducen a un paciente que necesita una presión elevada de oxígeno por padecer algunas enfermedades, haber sufrido intoxicación por monóxido de carbono o una descompresión al encontrarse en las profundidades del mar, como les suele suceder a los pescadores misquitos.

En Gracias a Dios, donde la pesca artesanal e industrial es la principal fuente de empleo, trabajan más de 3,000 personas que se sumergen al mar sin equipo de buceo especial, según la Asociación de Buzos Activos de Gracias a Dios.

El sueño de una clínica

La Asociación para Fortalecer la Técnica, Científica y Comercialización de la Pesca del Pepino de Mar en Honduras (Afotech) construye en Kaukira una clínica hiperbárica que atenderá a los buzos lisiados, pero, por falta de recursos económicos, esa organización ha tenido que frenar la obra cuando resta un 30% para finalizar.

“La pobreza severa que afecta a más del 60% de la población de Gracias a Dios y la falta de regulación han propiciado que grandes empresas especializadas en la pesca de mariscos contraten a buzos misquitos para que se sumerjan a profundidades extremas sin el equipo de buceo adecuado por largos períodos, generando una descompresión crónica en sus organismos”, explicó Erika Urtecho, diputada por Gracias a Dios.

Por falta de recursos económicos, Afotech no logra concluir en Kaukira una clínica hiperbárica para buzos lisiados.

Urtecho advierte que “la situación de los buzos en La Mosquitia es tan grave que, incluso, la Corte Interamericana de Derechos Humanos reconoció que la integridad de los pescadores se encuentra en peligro, por lo que dictó el 31 de agosto de 2021 una sentencia favorable en el caso Opario Lemoth Morris y otros vs. Honduras, en el cual el Estado de Honduras debía reconocer su responsabilidad internacional”.

Los pocos pescadores que logran ahorrar dinero obtenido en estas actividades muchas veces lo gastan cuando se ven obligados a viajar a otras ciudades del país para recibir atención médica. Solo en transporte aéreo gastan 9,000 lempiras.

La pesca se ha llevado decenas de almas en La Mosquitia hondureña