Las elecciones generales celebradas el domingo en Honduras puso en zona de riesgo a los partidos minoritarios por no obtener suficientes votos en el nivel presidencial para sobrevivir como instituciones democráticas.
Estos partidos quedan a expensas de sacar, al menos, una diputación al Congreso Nacional, pero, de momento, a juzgar pos los resultados obtenidos en el nivel electivo presidencial, varios partidos estarían desapareciendo del panorama político electoral de Honduras.
Lo que dice la ley
Vale considerar que entre los partidos emergentes o minoritarios están el Partido Innovación y Unidad (Pinu), la Democracia Cristiana
y el partido Unificación Democrática (UD), el que resulta mayormente afectado cuando en alianza con el Frente Amplio Político Electoral en Resistencia (FAPER)
no logran el porcentaje requerido para mantener su personalidad jurídica.
Estos partidos han sido nutridos en los anteriores procesos electorales por el voto de los inconformes y el de los independientes, pero en estas elecciones se manejó una campaña entre la izquierda y la derecha, y ese voto se diluyó, según el analista Mario Enrique Rivera Callejas.
De acuerdo con el numeral 4 del artículo 96 de la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas, la personalidad jurídica de los partidos se pierde “cuando no haya obtenido en las elecciones generales para cargos de elección popular por lo menos el dos por ciento (2 %) del total de los votos válidos, tomando como base el nivel electivo de mayor votación obtenida, salvo el caso que el partido político obtenga por lo menos un diputado al Congreso Nacional”.
A juicio del diputado German Leitzelar, los partidos pequeños como el Pinu, la UD, la Democracia Cristiana y el FAPER, que presentan la mayor debilidad electoral en estas elecciones, tendrán que hacer un reacomodo de fuerzas para salvar su categoría.
Si algunos de estos partidos sobreviven en el actual proceso electoral, en el siguiente será muy difícil, por lo que deberán de hacer un trabajo político muy fuerte para mantenerse.
En ese sentido, el publicista y analista Rivera Callejas sostiene que en el reacomodo de los partidos pequeños no se descarta que a futuro establezcan alianzas con los partidos mayoritarios, como lo han hecho en otros países.
No obstante, no deben seguir cometiendo los errores de establecer alianzas políticas con el partido de gobierno, pues ello provoca la pérdida de credibilidad, por lo que se les llama partidos “bisagra”.
El caso de Pac
Por otro lado, Leitzelar indicó que en estas elecciones la reacción del voto independiente no favoreció a los partidos emergentes ya existentes sino que al
Partido Anticorrupción, pero un voto dirigido hacia el candidato presidencial Salvador Nasralla y regado en plancha para sus candidatos a diputados y no precisamente para la institucionalidad de ese colectivo político.
Si el Pac después de esta experiencia electoral, que le da vida como partido, quiere seguir con vida permanente y tiene la habilidad de unificar e incluso hasta de integrar alianzas que pueden terminar siendo de absorción de los otros partidos pequeños, puede crear una estructura y fortalecerse y ser una mayor opción de poder en futuros procesos electorales.
No tuvieron la destreza de convertirse en auténticas fuerzas aglutinadoras del electorado los nuevos partidos FAPER y Alianza Patriótica.
Mejor desempeño tuvieron Libre, que es un apéndice del Partido Liberal, y el Pac.