Honduras

Mercado ilegal de armas baja precios y eleva crímenes en Honduras

Según un informe de una organización de México, armas ligeras se comercializan ilegalmente en Honduras y el resto de Centroamérica a costos irrisorios, lo que ha hecho crecer este rubro delictivo.

07.04.2014

SERIE 3/3

Centenares de miles de armas circulan en Honduras en un mercado ilegal que cada vez abarata más el costo del armamento ligero y pesado que el crimen organizado usa para ejecutar matanzas para apodarse de territorios.

En el capítulo “El desafío del tráfico de armas en México y Centroamérica”, del informe “Atlas de la seguridad y defensa de México 2012”, se revela la forma en que opera el comercio ilícito de armas en Centroamérica y sus repercusiones en el índice de muertes.

El documento inicia con una reseña histórica de cómo naciones como Honduras, Nicaragua y El Salvador fueron inundadas de armas en la guerra fría y “ahora forman parte de un mercado negro utilizado por las organizaciones criminales en México”.

“La región, por lo tanto, es un claro ejemplo de cómo la globalización del crimen organizado y la disponibilidad de armas han creado una gran demanda y reducido sus precios, en el marco de un negocio muy rentable para los concesionarios y los usuarios”, explica el informe elaborado por el Colectivo de Análisis de Seguridad con Democracia.

Las pistolas son el principal componente de este mercado, los fusiles de estilo militar -como el AK-47 y el M16- también están disponibles, revela el documento.

La gran demanda de armas ilegales en México proviene de cárteles de la droga que las importan para usarlas en la lucha contra grupos criminales rivales o en contra del gobierno.

Muchas de estas armas ingresan ilegalmente a la región centroamericana destinadas a manos de miembros de bandas del crimen organizado.

Precios bajos

El número de armas confiscadas en América Central se ha intensificado en los últimos año y, de acuerdo con los datos registrados por un consorcio de organizaciones no gubernamentales de la región, esta cantidad se multiplicó por cuatro entre 2006 y 2010.

Recientes estimaciones de la Organización de Estados Americanos (OEA) indican que cada año se confiscan en programas de destrucción más de 13,500 armas pequeñas.

“Estas últimas (armas pequeñas) son relativamente baratas, de ocho dólares (o sea unos 160 lempiras) a veinte dólares (400 lempiras) a precio de calle en Centroamérica, ampliamente disponibles, fáciles de usar, portátiles y se esconden fácilmente”, asegura el reporte.

La población civil puede acceder a al menos 15 tipos de armas en La Armería, una dependencia del Instituto de Previsión Militar (IPM).

Están a disposición armas como revólveres y pistolas, cuyos precios pueden oscilar entre 10 y 20 mil lempiras o más, así como municiones y algunos accesorios. El IPM mantiene bajo secreto el número de armas y municiones que vende.

En cuanto al origen de las armas pequeñas y ligeras que muchas organizaciones criminales están utilizando para la disputa del territorio y el control de narcóticos, puede afirmarse que provienen de una mezcla de las reservas excedentes recicladas durante las guerras civiles y de nuevas adquisiciones que entran principalmente por la frontera Estados Unidos-México.

Las armas pequeñas que se emplean son utilizadas por el crimen organizado de diferentes formas, de tal manera que la información estadística dice, según el documento, que El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Jamaica y Venezuela presentan tasas de homicidios muy altas (más de treinta por cada cien mil habitantes, en el caso de Centroamérica).

Esos índices aumentaron de forma constante entre 1995 y 2010 debido a la presencia de armas pequeñas y ligeras en la región, asegura el informe.

La Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (United Nations Office on Drugs and Crime, ONUDC) estima que hay en Centroamérica todavía tres millones de armas que circulan desde los años noventa.

Muertes

Un informe del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) revela la alta incidencia de muertes provocadas por ataque con armas de fuego.

La investigación dice que de los 42,537 homicidios que se registraron en el país en los últimos ocho años (2005-2012), alrededor de 34,673 personas, un 82 por ciento, perdieron la vida siendo víctimas de disparos de arma ligera y pesada.

En 2005 se registraron 1,835 muertes por arma de fuego, lo que representó un promedio de cinco fallecimientos diarios o una cada 286 minutos.

En 2012 el número de homicidios a nivel nacional fue de 7,172, en los cuales 5,980 (el 83 por ciento) víctimas murieron a manos de personas que portaban armas de fuego.

Este nivel de matanza representa que una persona murió por heridas de bala cada 87 minutos.

Esto también representa que en 2012 perdieron la vida 498 personas mensualmente por ataques con arma de fuego, es decir, hubo 16.73 muertes diarias.

En los primeros 35 meses de gestión del presidente Porfirio Lobo Sosa (26 de enero 2010- 2012) murieron en forma violenta 53 profesionales del derecho, de los cuales 49 que representan el 92 por ciento, fueron ejecutados con armas de fuego, tres murieron estrangulados y uno falleció por un supuesto suicidio.

Entre los años 2011 y 2012 se registró la muerte violenta de 1,118 mujeres, de las cuales 864 (77 por ciento) murieron víctimas de armas de fuego.

Control

El titular del Conadeh, Ramón Custodio, opinó que los mecanismos de control de armas mediante registro en la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) han sido inservibles.

“La mayor parte de las muertes violentas que ocurren en Honduras son causadas por armas como la AK-47, rifles de asalto, ametralladoras, pistolas, revolver, machetes y puñales”, explica Custodio.

Mediante decreto número 30-2000, publicado en La Gaceta número 29,236 del 29 de julio de 2000, se dio vida a la Ley de Control de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y otros Similares.

“Ley de Portación de Armas autoriza que cada ciudadano tenga en su poder hasta cinco armas de fuego comerciales, lo que unido a la gran cantidad de armas ilegales que circulan en el país constituye una de las principales causas de la violencia en Honduras”, cuestionó Ramón Custodio.

Según el informe del Conadeh, para el control efectivo de las armas la Secretaría de Seguridad tiene la atribución de organizar el Registro Nacional de Armas, en el cual deberían estar depositadas las evidencias balísticas de todas las armas que circulan en el país.

Explicó que es responsabilidad de la Policía de Investigación Criminal el manejo de dicho registro y que correspondiendo a la Policía Preventiva lo relativo a la tenencia y portación.

Cada persona tiene derecho a adquirir hasta cinco armas, según esta normativa.

Los homicidios reportados en la presente administración representan el 37 por ciento del total de muertes violentas registradas en los últimos 13 años.

En el Registro de Armas y Censo Balístico se han matriculado 343 mil armas de distintos calibres y modelos desde que inició el proceso de control en 2004, según dijo una fuente a EL HERALDO.

Debido a que el IPM mantiene en secretividad el número de armas que vende, no se pueden establecer cuántas de estas han sido inscritas en el registro balístico.

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