Norman Varela es un migrante que hace algunos años salió en búsqueda del “sueño americano” para sacar adelante a su familia.
Su mayor anhelo era comprar su propia vivienda, pero nunca imaginó que aquel sueño al final se convertiría en una pesadilla. “Todos tenemos como sueño tener nuestra casita, decidimos irnos para probar el ‘sueño americano’, pero el frío y el hambre me hicieron resbalar... Esa fue la causa por la cual tengo una amputación, que es mi pierna derecha”, dijo Varela.
Este hondureño, oriundo de El Progreso, Yoro, es apenas uno entre decenas de compatriotas que no alcanzaron a cumplir el “sueño americano” y que, por el contrario, retornaron mutilados al país.
Varela y un grupo de migrantes discapacitados fueron recibidos ayer en Casa Presidencial por el presidente Porfirio Lobo, quien se comprometió a darles todo el respaldo.
Los compatriotas, miembros del Comité de Migrantes Retornados Discapacitados (Comiredis), fueron escuchados por el titular del Ejecutivo, quien anunció gestiones para la construcción de viviendas.
Lobo expresó su solidaridad a esta organización que desde hace cinco años fue creada por un grupo de 30 compatriotas con lesiones físicas graves sufridas en México.
En octubre de 2011, EL HERALDO mostró el drama y el dolor que enfrentan miles de hondureños que emprendieron el viaje a Estados Unidos y que encontraron la desgracia en la ruta por México.
Empleo
Los compatriotas mutilados demandaron al gobierno oportunidades de empleo y negocios, así como mayor acceso a los servicios de educación y salud.
“Vamos contentos porque el Presidente nos dijo que nos va a ayudar para que nosotros tengamos un techo cada uno y nos confirmó que sí lo hará y nos prometió mandar un técnico para poder tener un empresa y poder trabajar”, expresó con satisfacción Varela.
Lobo se comprometió a gestionar, además, con el Despacho de la Primera Dama, la entrega de sillas de ruedas, muletas y otros instrumentos médicos.