Cuatro horas de intensa lluvia pusieron al descubierto la vulnerabilidad
del tercer municipio más importante del departamento de Comayagua.
Las aguas del río Frío se encargaron de marcar una de las noches más tristes en la comunidad.
Mayra Yesenia Ulloa, vecina de la comunidad, recordó como la tarde se tornó gris y de inmediato llegó la tragedia.
“La tarde caía y, al ver el cielo nublado, decidí guardar las verduras que comercializo para trasladarme a mi casa ubicada en la colonia La Jutosa, la cual se encuentra a la orilla del afluente”, manifestó Ulloa.
Tomó esta decisión al recordar que sus cinco hijos estaban en casa y era mejor estar junto a ellos al momento en que se desatara la tormenta.
Cuatro horas más tarde las pequeñas nubes grises que observó Ulloa en el cielo desataron una catástrofe.
“Comenzó a llover desde las 2:00 de la tarde y a las 6:00 me asomé a la ventana y mire el río crecido, entonces decidí salirme con mis niños”, relató. Pero al salir no encontró otro lugar para refugiarse que la cima de la montaña cercana a su hogar, con tal de salvar la vida de sus retoños y la propia.
Desde allí observaba como sus verduras, ropa y algunos enseres que había adquirido con sacrificio se perdían entre las embravecidas aguas.
“Pasé seis horas a la intemperie en medio del monte hasta que el caudal bajó”, agregó.
Con frío y empapada, bajó juntos a sus hijos para reencontrarse con lo poco que le dejaron las aguas.
En la misma situación se encontraban sus vecinos y los pobladores del barrio San Francisco, quienes además tienen como vecino al río Saque.
Hechos
La tempestad dejó sin fluido eléctrico al municipio desde la tarde del viernes hasta las cinco de la mañana del sábado. Las comunicaciones eran imposibles, todo se reducía al trabajo comunitario para auxiliarse unos a otros.
Los habitantes de cuatro colonias, Mazarela, Camilleri, San Francisco y La Vega, y los barrios La Flor y Ceibita pasaron la peor noche del año.
Los vecinos recordaron y la equipararon a una escena similar a la ocurrida en octubre 1998 con el paso del huracán Mitch.
Recuento de daños
El sábado por la mañana, una vez concluida la pesadilla, los pobladores salieron de sus casas para observar el panorama desalentador.
Patios llenos de maleza y lodo y el interior de sus casas aún con pozas de agua.
Sin más demora, empezaron a limpiar sus hogares, los hombres buscaron machetes y sierras para cortar los árboles arrastrados por las corrientes y que obstaculizaban el paso de las mismas.
EL HERALDO recorrió la zona de desastre en plena mañana, por lo que logró constatar la magnitud de los daños como un puente hamaca derribado y unos 10 derrumbes en la carretera que comunica a la comunidad con los municipios de Esquías, San Luis, Ojo de Agua y Minas de Oro.
Además el sistema de aguas colapsó en un 70 por ciento, según las autoridades locales.
“Está dañada casi en sin totalidad ya que están rotos y averiados por el lodo y para recuperarlos se tardaría unos tres días”, dijo Ismael Velásquez, jefe del agua potable.
Según el entrevistado, hay que invertir unos 20,000 lempiras para la recuperación del acueducto.
En el caso de las comunidades del área rural, lo único que se manejaba es que estaban incomunicadas por los deslaves de tierra.
Entre estas comunidades están La Laguna, Las Quebradas, Valle Bonito, Malta y Zacatalito.
Aunque los daños a la infraestructura son considerables lo rescatable es que no se reportaron pérdidas de vidas humanas.
Las autoridades del Comité de Emergencia Municipal (Codem) informaron que unas 80 familias fueron afectadas.
Los afectados denunciaron que durante el viernes, cuando necesitaban salir de las riberas del río Frío, ninguna institución de socorro los ayudó.
Sin fondos
El alcalde Benito Velásquez expresó su preocupación al no contar con los fondos económicos para solventar la emergencia.
“Ayudamos con lo poco que tenemos, hemos tenido que acudir a créditos para solventar algunas necesidades, por eso pido al gobierno central que nos mande el dinero de las transferencias para ayudar a los afectados”, dijo el edil.
La región de salud de Comayagua visitó la zona para observar los daños y hacer recomendaciones.