Las elecciones internas del Partido Liberal, más allá de definir a un candidato de cara a las votaciones generales del próximo año, representan una prueba de fuego para determinar si la institución logró reconstruirse tras la crisis política de 2009 en la que sumió el país el expresidente liberal Manuel Zelaya Rosales.
Los liberales sufrieron una catastrófica derrota en las elecciones generales de 2009 y cedieron el poder del país a los nacionalistas.
Las heridas de esas crisis estaban frescas durante esos comicios y fue así que se justificó la debacle en ese proceso.
Hoy los partidarios liberales desean cambiar la historia, quieren cimentar el camino que los conduzca hacia la reestructuración y recuperación del gobierno.
Es así que estos comicios presentan a las corrientes de Yani Rosenthal, Mauricio Villeda y Esteban Handal Pérez, luego de que otros cuatro aspirantes que habían lanzado sus precandidaturas declinaran en sus aspiraciones.
La campaña de los precandidatos liberales no ha sido confrontativa como en oportunidades anteriores y algunas disconformidades se han expresado al momento de confrontar planes de gobierno.
Esta relativa armonía se basa en un acuerdo de unidad firmado en mayo pasado por lo actuales precandidatos y los otros exaspirantes Edmundo Orellana Mercado, el exobispo Luis Alfonso Santos, Eduardo Gaugel y Lucio Izaguirre.
Para algunos analistas, el Partido Liberal está en la ruta de la unidad granítica manifiesta en la madurez política de todos sus dirigentes.