Un artefacto explosivo fue lanzado la noche del jueves cerca de la caseta de vigilancia de la residencia del presidente de Honduras, Porfirio Lobo, ubicada en El Chimbo, al oriente de la capital.
Según versiones de testigos, el hecho criminal ocurrió entre las 11:15 PM y las 12:00 AM, cuando individuos que se conducían en un turismo azul lanzaron el explosivo que cayó cerca de la caseta, donde siempre se encuentra un miembro de la Guardia de Honor Presidencial.
Un vigilante que trabaja en un negocio cercano a la zona confirmó que el aparato explosionó, hecho que provocó temor en los pobladores de la zona.
Luego de las explosión, inmediatamente se hizo presente un equipo del Escuadrón Antibombas y miembros de la Policía Nacional.
Para tratar de detener a los sospechosos, se realizó un despliegue policial en las colonias El Sitio, la 21 de Octubre, la San Miguel y zonas aledañas, pero hasta el momento no se conoce si se obtuvieron resultados.
Hasta ahora la información ha sido muy escueta y se espera que en las próximas horas
la Guardia de Honor Presidencial brinde mayores detalles del incidente.
Por su parte, el comandante general del ejército, Freddy Díaz explicó que el Escuadrón Antibombas esta realizando los análisis para determinar el tipo de artefacto que se lanzó a inmediaciones de la vivienda del presidente.
'El Escuadron Antibombas esta haciendo los estudios y análisis de que artefacto era en concreto lo que se tiró', manifestó Díaz.
Según el comandante, este atentado y los que podrían seguir en el futuro, se debe al despliegue que realiza la Policía en el marco de la operación militar.
En ese sentido, dijo que este jueves se han realizado operativos en los mercados capitalinos, con los que se han obtenido 'resultados muy elocuentes de lo que está haciendo el Ejército en apoyo a la Policía'.
Sin embargo, evitó explicar si reforzaran las medidas de seguridad del mandatario hondureño, después de este incidente.
Según un experto del Escuadron Antibombas, que no quiso identificarse, el artefacto fue 'fabricado a base de plástico con mecha lenta (...), dejó un hueco de seis pulgadas (15 centímetros) de profundidad y 36 pulgadas (casi un metro) de ancho'.
El pasado 30 de mayo, en un confuso hecho que provocó pánico entre la población, desconocidos
dejaron granadas de fragmentación en tres negocios de comidas rápidas, pero ninguno explotó.