Honduras

La Niña del Central, música para el alma

A sus 33 años de fundación, su ritmo y alegría encienden hoy en día la pasión de maestros y estudiantes del Instituto Central Vicente Cáceres.

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07.04.2014

Tradición, alegría, ritmo y talento catracho es tan solo uno de los significados que hoy en día representa en el Instituto Central Vicente Cáceres el grupo de marimba La Niña del Central.

En la actualidad la integran 16 estudiantes, entre varones y mujeres de las diferentes carreras que ofrece este centro educativo.

En su mayoría cada miembro posee excelencia académica, lo que hace de este remanente de talento una peña de orgullo de la comunidad centralista.

Este grupo de marimba la compone una orquesta completa, pues en ella hay marimbistas, percusionistas y bajistas, entre otros.

En la alborada de las 135 primaveras de la institución, este grupo de músicos es el encargado de poner en cada jornada de festejo la alegría, el ritmo y la magia con la ejecución de cada melodía.

La marimba La Niña del Central posee un repertorio de más de 60 canciones. Merengue, salsa, bachata, cumbia y boleros forman parte de la variedad rítmica que en el golpe de cada baqueta los jóvenes hacen sonar.

El baile, los gestos y el encanto de cada melodía se reflejan en el rostro de los músicos, al vaivén del sonido y una pasión que crece cada día según el relato del bajista, Pablo Zavala.

Por su popularidad, este grupo se ha paseado por diferentes escenarios en todo el país, amenizando eventos de las instituciones educativas del Estado y en uno que otro evento de carácter privado.

Y es que según el relato del director del grupo, Elvin Portillo, la ejecución de la marimba es la apertura para ingresar al mundo de la música y al conocimiento y ejecución de otros instrumentos como la guitarra, el violín y el piano.

Por los piccolos, tiples, centros armónicos y bajos de esta marimba han pasado centenares de profesionales de la música que egresaron de la institución.

Este grupo se ha institucionalizado de tal forma que a juicio del director del instituto, Roberto Ordóñez, la institución no sería la misma si el grupo desapareciera.

“La Niña del Central es parte de la historia y el patrimonio del Central Vicente Cáceres. No hay alegría, no hay fiesta centralista si la marimba no ha iniciado a tocar”, dijo.

Entretanto, para los músicos pertenecer a este grupo representa una puerta abierta al mundo de los conocimientos y a la pasión que genera la música.

La historia

El instrumento que hoy conocemos como “marimba moderna” tiene su origen en el estado de Chiapas en México, popularizando su uso años más tarde en toda Centroamérica.

Según los historiadores, en Centroamérica el único país que tiene la versión original es Nicaragua.

En Honduras se presume que el primer instrumento ingresó a la ciudad de Olanchito, en el departamento de Yoro en 1930 a cargo del maestro Ramón Rosa Orellana.

En el caso de la marimba La Niña del Central es remontar a 1980 y su precursor en la capital fue el maestro de generaciones Valdemar Portillo.

Es importante mencionar que este instrumento fue traído desde Danlí, y en aquella época su primer nombre era La Niña de Colinas.

Más tarde en 1985 la marimba se rebautizó con el nombre que se le conoce en la capital, La Niña del Central.

Desde aquella época este instrumento ha deleitado a la familia centralista y hoy en día forma parte de la pasión y el orgullo de centenares de estudiantes que han egresado del instituto y han formado parte de los marimbistas del Central.

La marimba es un instrumento de percusión idiófono, de forma parecida al xilófono. Posee una serie de láminas de madera de distintos tamaños, dispuestas de mayor a menor que se golpean con mazas para producir notas musicales.

Cada tecla tiene su propia caja de resonancia y el conjunto está fijo en un armazón con patas de madera.

Orgullo y talento

Para los integrantes del grupo de marimbistas del Central pertenecer a este grupo no es más que una oportunidad para desarrollarse en la música y a nivel profesional.

Pablo Zavala, quien tiene más de tres años siendo parte de esta peña artística, expresó que el primer lugar en su vida lo ocupa Dios, el segundo su familia y el tercero el grupo de marimba.

“Este grupo es una pasión, la marimba es una oportunidad para ser mejores hijos, mejores profesionales y ciudadanos productivos para el país”, dijo.

Según el relato de los maestros, la mayoría de los 16 integrantes son de excelencia académica.

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