Tegucigalpa, Honduras.- María González, una mujer de 63 años, desde una silla de su casa en una aldea del municipio de Tatumbla, Francisco Morazán, observaba cómo su nieta juegaba sola en el patio.
Con nostalgia, la señora, quien tuvo cinco hijos, recordó cómo antes su casa se llenaba de ruidos y risas cuando sus retoños eran menores, sin embargo, ahora hay más silencio, pues ellos, como muchos hondureños, han optado por tener familias pequeñas.
En las últimas décadas, el tamaño de las familias hondureñas se ha ido reduciendo: antes se veía hasta cinco niños corriendo en una casa, pero en los últimos años las parejas han decidio tener solo uno o dos hijos.
Eso ha provocado que la tasa de natalidad en el país este disminuyendo de manera sostenida.
De acuerdo al Observatorio Demográfico Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (ODU-UNAH), la tasa de natalidad para 1980 era de 6.8 hijos por mujer, no obstante, hasta el 2024 la tasa bajó a 2.3 hijos.
Los datos coinciden con el número de inscripciones del Registro Nacional de las Personas (RNP). Mediante la solicitud de información SOL-RNP-536-2024, EL HERALDO conoció que en los últimos años las inscripciones de nacimientos muestra una importante reducción.
En la última década (del 2014 al 2024), el número de inscripciones por nacimientos en el RNP pasó de 211,378 a 135,943.
Las cifras se mantienen a la baja, los datos muestran una disminución de al menos 20,000 inscripciones de nacimientos por cada año.
En 2021 la cantidad de nacimientos que fueron registrados por el RNP en el país fue de 192,793, para el año siguiente la cifra bajó a 171,834 inscripciones, es decir, 20,959 registros menos que el año anterior.
Para el 2023 se contabilizaron 155,518 nacimientos, mientras que el 2024 cerró con 19,575 inscripciones menos (hubo 135,943 nacimientos).
Los departamentos donde más se inscribieron nacimientos fueron, por supuesto, Francisco Morazán y Cortés, que es donde se concentra la mayor población de hondureños, seguido de Olancho y Yoro.
Sin embargo, hay un subregistro en el RNP, es decir, padres que no inscriben a sus hijos en el tiempo que establece la ley (que es de seis meses); ese subregistro representa aproximadamente el 3% del total de inscritos.
Factores del porqué tienen menos hijos
La reducción en la tasa de fecundidad pasa por varios factores, entre ellos la situación económica de las familias hondureñas, el uso de métodos anticonceptivos, que permite que las mujeres planifiquen el número partos que tendrán, entre otras causas.
Héctor Figueroa, director del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), se refirió a que el costo de vida de tener una familia grande es cada vez más analizado por las parejas.
“Obviamente como padre uno le quiere dar lo mejor a los hijos en cuanto las condiciones nos lo permitan, entonces cuando generalmente se le pregunta a las parejas hoy día cuántos hijos desean tener, algunas no quieren tener hijos y otros solo quieren tener uno, por los elevados costos de vida que hay en nuestro país”, detalló.
Agregó que el acceso que se pueda tener a la educación o a una vivienda, las familias son factores que influyen en la toma decisiones al momento de decidir tener hijos.
“Otro factor que es clave tiene que ver con la educación de la mujer; hoy en día hay más acceso a la educación y a medida la mujer tiene más educación, eso obviamente retrasa un poco la llegada al matrimonio; entonces las familias tienden a ser menores, debido a que la prioridad cambia, ya no es el matrimonio, sino que ahora es la educación y posiblemente el trabajo”, explicó Figueroa.
Añadió que desde el 2007 Honduras pasó de ser un país rural a una nación urbana. “Eso trae cambios en los estilos y en los ciclos de vida, donde las estructuras familiares y tradicionales están cambiando y las familias urbanas tienden a tener menos hijos; si comparamos las familias urbanas con las rurales nos damos cuenta de que las familias urbanas tienen menos hijos”, comentó.
Esos factores han hecho que las familias grandes queden en el recuerdo y la tendencia continuará; el experto estima que en un par de años más, las tasas de fecundidad en el país podrían llegar a 1.8 hijos, es decir, un solo hijo por pareja.
Consecuencias
La decisión de las parejas de tener menos hijos causará en el largo plazo el envejecimiento de la población hondureña, es decir, que las nuevas generaciones sean cada vez menos.
Figueroa, quien es experto en demografía, manifestó que la proporción de personas mayores de 60 años en el país ha ido aumentando.
Ejemplificó que Honduras sigue siendo un país joven, a pesar de que en 1980, del total de la población de ese entonces, el 5% era mayor de 60 años, mientras que para el 2024 la cifra subió 4 puntos, llegando al 9% de la población total.
No obstante, el experto advirtió que para el año 2045 se estima que el 15% de la población en el país sea mayor de los 60 años.
“Vamos a entrar en ese proceso y de hecho lo hemos venido observando en que los nacimientos se han venido reduciendo; eso nos indica que estamos en plena transición demográfica, y eso va a dar paso que la población no sea tan joven y va a llegar un momento que la edad mediana de nuestro país va a ser 40 años; eso significa que el 50% de la población de Honduras va a tener menos de 40 años y el resto tendrá más de 40 años”, comentó Figueroa.
A nivel de Centroamérica, Costa Rica es uno de los países que parece estar entrando en esa transición demográfica, con tasas de natalidad con 1.3 hijos por mujer.
Le siguen El Salvador con la tasa de 2.17; posteriormente Honduras, luego Panamá con 2.4 hijos por cada mujer y Nicaragua con 2.5 hijos, según estadísticas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Es una tendencia mundial
Para la socióloga Hilda Caldera, tener menos hijos se ha convertido en una tendencia mundial, pues “la familia extendida de más de cuatro y cinco hijos es una tendencia que ya no se estila; ahora hay otra nueva tendencia de parejas que deciden no tener hijos”.
También la perdida de valores religiosos podría estar influenciando a las parejas a no concebir más de uno o dos hijos.
“Concebir es una decisión, antes era un orgullo o un mandato de la iglesia, por los valores religiosos, pero esos valores ahora están mucho más débiles en la juventud, en la población reproductiva”, añadió la docente de la cátedra de Estudios de la Mujer de la UNAH.
Coincidió con que la situación económica es una de las principales causas. “Las nuevas generaciones que vienen de varios hermanos o de familias grandes se dan cuenta de la gran pobreza y de las grandes dificultades que tienen los padres para satisfacer las necesidades de todos, por lo que deciden que no van a ser como sus padres con muchos hijos, es decir, no son modelos a seguir en ese aspecto”, dijo.
Añadió que el empoderamiento de la mujer es otra causal, ya que “la mujer pasó de ser reducida a ser ama de casa y madre a ser profesionista y empresaria; eso de consagrar el rol de la mujer como ama de casa y madre me parece obsoleto”, remarcó.
La académica indicó que existe una tendencia marcada de que entre mayor nivel académico tiene la mujer, menos hijos procrea, pues tiene que sopesar el tiempo entre el trabajo y el cuidado de los hijos.
Con la migración de muchos jóvenes y la decisión de muchos hondureños de reducir el número de hijos que conciben, el país está perdiendo capital humano para su desarrollo, que en el largo plazo le pasara factura.
Ante eso, expertos consultados por EL HERALDO, indicaron que para aprovechar el bono demográfico (el crecimiento de la fuerza laboral) actual y desarrollar el país se deben implementar políticas integrales.
El aprovechamiento de la población en edad productiva representa un potencial para el desarrollo económico del país si se implementan políticas adecuadas, indicaron.
Dijeron que se debe lograr para promover la creación de empleo formal y subempleo juvenil, fomentar el emprendimiento en los jóvenes, fortalecer la educación y hacerle frente a la migración y la inseguridad.
Los entrevistados advirtieron que se debe actuar antes que la ventana de oportunidad del bono demográfico comience a cerrarse cuando la población envejezca.