Para el excanciller hondureño y actual embajador ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Leonidas Rosa Bautista, Honduras no debe prestarse al juego de El Salvador,
por el contrario, dejó entrever que se debe ser precavido y conmesurado con este tema que ya es cosa juzgada.
Honduras pidió ayuda al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) para resolver las controversias en el golfo de Fonseca con El Salvador y Nicaragua.
La solicitud fue realizada a través de una carta enviada por la Cancillería el pasado 24 de octubre luego de que El Salvador reclamara por medio de otra carta enviada al gobierno de Honduras la isla Conejo, cuya posesión es hondureña, según un fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de 1992.
Bautista dijo que la posición en este caso de país es clara, legítima y contundente, porque jurídicamente la isla Conejo pertenece a Honduras, es una decisión que ha sido tomada en el marco del más alto tribunal de Justicia con sede en La Haya.
El país debe mantener su posición firme y definida de que eso no es un tema de discusión.
Lo que sí debe estar en discusión es el derecho que tiene Honduras de una proyección (salida) hacia el océano Pacífico a partir de la bocana del Golfo de Fonseca.
La sugerencia de Bautista es que “la posición de Honduras es hacer prevalecer lo que en derecho soberano le corresponde, no solo porque histórica y jurídicamente le corresponde, sino porque hay un fallo de la Corte Internacional de Justicia que determina esa legítima soberanía de Honduras sobre la isla Conejo”.
El secretario de Relaciones Exteriores, Arturo Corrales, dijo el pasado viernes que mediante la carta enviada a la ONU el país está velando por el cumplimiento total del fallo de la CIJ de 1992, que define la controversia terrestre, insular y marítima entre Honduras y El Salvador, con Nicaragua como interviniente.
Corrales fue más allá y denunció que “en una conversación con los colegas centroamericanos les decía que los guardacostas hondureños son muy buenos nadadores, que no ocupan asistencia para llegar a la bocana o permanecer en ella, porque resulta que cada vez que sale un guardacostas nuestro sale un guardacostas salvadoreño”.
“Nosotros queremos saber a qué se debe ese acompañamiento, queremos saber por qué a ellos les llama la atención cuando sale un guardacostas sobre aguas en las cuales tenemos soberanía tanto como ellos, no sé si les preocupa nuestra seguridad, pero esos incidentes no deben ocurrir en la plena soberanía nuestra, y eso se va a superar una vez que esté ejecutada la sentencia”, explicó Corrales.
Juego
En ese sentido, Bautista consideró que “no debemos seguir el juego de El Salvador de establecer condicionamientos, perspectivas, interés o posiciones que no ameritan... Conejo es propiedad soberana de Honduras”.
Bautista explicó que Honduras al enviar la nota a la Organización de Naciones Unidas (ONU), para que ofrezca asistencia para la solución de la controversia, acude a los medios de solución pacíficos contemplados en la Constitución de la República para la solución de controversias.
Sin embargo, aclaró, “en este caso no hay una controversia en términos reales para el Estado de Honduras porque el caso de isla Conejo ya está juzgado... y por eso considero que la carta a la ONU es simplemente un proceso de notificación para informar de un conflicto innecesario”.
Se le preguntó si la ampliación de puerto Cutuco tendría relación con el interés de El Salvador por poseer isla Conejo y respondió que “no quiero hacer comentario sobre eso porque cualquier pretensión de El Salvador es ilegítima”.
Sin embargo, reconoció que “es natural que el Estado que tiene posesiones fuera de su zona territorial, es decir islas (como Conejo), cuando se aplican las leyes y teorías del derecho del mar la extensión de soberanía marítima es mayor, por las famosas 200 millas náuticas a partir de las posesiones insulares”.