El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, declaró en las últimas horas que nadie está hablando de tambores de guerra para dirimir las diferencias sobre la isla Conejo que existen con Honduras.
“Nadie está hablando de tambores de guerra, nadie está hablando de iniciar un nuevo conflicto, no es ni el espíritu del gobierno de Honduras ni mucho menos el espíritu del gobierno de El Salvador”, declaró el mandatario centroamericano.
Funes reaccionó sobre el particular luego de que su ministro de Defensa, David Munguía Payés, afirmara que la presencia de militares hondureños en la isla Conejo es una amenaza que no pueden disuadir
en virtud de la capacidad armada hondureña.
El mandatario salvadoreño dijo que no hay avances en las pláticas con el gobierno del presidente Porfirio Lobo respecto a la isla Conejo, cuya propiedad durante años ha sido exclusiva de Honduras.
“Las pláticas no han avanzado a juzgar por lo que me ha informado el ministro (de Relaciones Exteriores, Jaime) Miranda, porque ellos insisten en que tienen la posesión soberana de la isla”, indicó el gobernante.
Diálogo
Funes afirmó que de momento no se ha dado ningún tipo de diálogo entre ambos países y lamentó que en la reciente Cumbre Iberoamericana, celebrada en Panamá, no logró dialogar sobre el particular con el presidente de Honduras.
El mandatario de El Salvador admitió que realiza gestiones de carácter diplomático para “hacerle ver a Honduras” la soberanía que posee El Salvador
sobre la isla Conejo.
Funes no descartó la programación de una reunión bilateral en las próximas semanas con el presidente Porfirio Lobo para abordar el tema, aunque en las últimas horas el gobernante hondureño aseguró que no tiene nada que dialogar con las autoridades salvadoreñas en virtud de la existencia de una sentencia que establece los derechos de cada país en la zona del Golfo de Fonseca.
Funes respaldó la versión de su ministro de Defensa sobre la capacidad armada que posee Honduras frente a la de El Salvador.
“Tiene razón el general Munguía Payés cuando dice, si en el más remoto caso -que no es ese el caso-, pero si en el más remoto caso Honduras se le ocurriera elevar aviones, nuestra Fuerza Aérea no podría hacerle frente porque no tenemos aviones más que los que nos donó hace más de 50 años el gobierno de Estados Unidos y que en su mayoría están en tierra”.