Tegucigalpa, Honduras.- En un ambiente de cercanía y reconocimiento, la familia presidencial hondureña despidió a la embajadora de Estados Unidos, Laura Dogu, quien finaliza su misión diplomática en el país.
La despedida se realizó en la finca de los Zelaya Castro, ubicada en Lepaguare, Olancho, donde además celebraron el cumpleaños del hijo menor de la presidenta, Xiomara Castro, conocido como “Melito”.
Durante el encuentro, que reunió a familiares y amigos cercanos, se reconoció la labor de Dogu en su rol como representante del gobierno estadounidense en Honduras.
También estuvo presente Nate Macklin, funcionario de la Embajada, quien acompañó a la diplomática en múltiples gestiones conjuntas durante su estadía en el país.
Héctor Zelaya, secretario privado de la Presidencia, compartió en sus redes sociales un mensaje de gratitud por la gestión de Dogu, resaltando el carácter respetuoso y colaborativo de la relación que mantuvo con la familia presidencial y con el Gobierno de Honduras.
“En Lepaguare, Olancho, junto a nuestra familia y amigos, despedimos a la embajadora de EE UU, Laura Dogu y a Nate Macklin. A lo largo de su misión, tuvimos una comunicación sincera y un respeto mutuo que nos permitió avanzar en las tareas conjuntas", publicó el secretario privado.
Además, dijo que "agradecemos el diálogo respetuoso y productivo que mantuvimos, y mientras la Embajadora Laura continúa su trayectoria, confío en que la relación entre nuestros países la seguiremos fortaleciendo sobre la base del entendimiento mutuo”.
Este encuentro forma parte de los distintos agradecimientos que ha recibido la diplomática con distintos sectores del país.
Misión
Laura Dogu fue nombrada embajadora de Estados Unidos en Honduras en abril de 2022, durante la administración del presidente Joe Biden.
Durante estos tres años, se destacó por su participación activa en temas de cooperación bilateral, incluyendo iniciativas de seguridad, combate a la corrupción, migración, derechos humanos, inversiones y desarrollo económico sostenible.
Durante su trabajo diplomático, Dogu promovió el fortalecimiento institucional en Honduras y abogó por una mayor transparencia en el manejo de los fondos públicos.
Además, apoyó programas de asistencia a comunidades vulnerables y fomentó el diálogo político entre diferentes sectores del país.
Su gestión coincidió con un periodo clave en la historia política de Honduras, con la llegada al poder de la primera presidenta mujer del país y unas elecciones primarias muy conflictivas en su desarrollo.
A pesar de momentos de tensión entre ambos gobiernos, la diplomática mantuvo una línea de respeto y diálogo abierto que permitió avanzar en asuntos de interés común.
La salida de Laura Dogu marca el cierre de una etapa en las relaciones entre Honduras y Estados Unidos.