Celebrar el nacimiento del hijo de Dios se convirtió en el mejor regalo que recibieron los privados de libertad del centro penal de Juticalpa.
La ceremonia eucarística se desarrolló en la capilla ubicada en el interior del reclusorio.
El presbítero Henry Ruiz celebró la eucaristía especial para motivar a los reos a cambiar y a arrodillarse ante la presencia del Salvador del Mundo. Los privados de libertad, por su parte, se mostraron contentos al participar en la misa solemne.
'Navidad es el misterio más grande de la vida, el Salvador nunca abandona al hombre, por eso les invito a convertirnos en sus discípulos', expresó el párroco de la Catedral de Juticalpa.
De forma posterior a la misa los miembros de la Pastoral Penitenciaria les entregaron un nacatamal a los 457 recluidos en la granja penal de Olancho.
Los agasajados agradecieron por el noble gesto.