La propuesta de las reformas electorales que se encuentran en discusión en el
Congreso Nacional
no cuentan con el consenso de las bancadas de oposición, especialmente en aquellas decisiones en que se necesita la mayoría calificada.
Así lo ha reconocido el diputado Antonio Rivera Callejas, presidente de la Comisión de Dictamen
al proyecto presentado por la diputada nacionalista, Welsy Vásquez.
La diputada Vásquez presentó un proyecto de reformas que va orientado a practicar en un mismo año las elecciones internas, primarias y generales, aprobar la figura de la elección de diputados por distrito y los llamados diputados nacionales o departamentales.
También la aprobación de la figura de la segunda vuelta o el balotaje para decidir una elección presidencial cuando esta se vuelve muy cerrada y no se gana por la mitad más un voto.
Rivera dijo que hasta ahora solo hay ambiente para la reforma relacionada con la realización de las elecciones generales y las primarias en un mismo año electoral. Esta iniciativa la apoyan todos los partidos políticos representados en el Congreso.
Indicó que a este respecto el espíritu de la reforma es generar gobernabilidad por tres años al nuevo gobierno y no comenzar los sobresaltos de la campaña electoral al segundo año de instalada una administración gubernamental.
También se busca dar respiro a los partidos políticos, en especial a aquellos que se someten a elecciones internas y primarias, pues ha quedado demostrado que al menos en el bipartidismo que conforman los nacionalistas y los liberales, las heridas quedan a flor de piel después de los comicios internos y primarios, generando un desgaste cuando se producen las elecciones generales.
En cuanto a la aprobación de la figura de la segunda vuelta, precisó que es un tema delicado que requiere de los votos de las dos terceras partes del Congreso ya que implicaría una reforma constitucional.
Sin embargo, es menester entrar a esta discusión por cuenta la figura de la segunda vuelta o el balotaje servirá para decidir una elección presidencial cuando esta se vuelve muy cerrada y no se gana por la mitad más un voto.
El cuello de botella
Rivera dijo que hasta ahora los liberales están anuentes para acompañar la propuesta de aprobar en un solo año las elecciones internas, primarias y generales, pero que no están muy convencidos de apoyarlos en cuanto a los diputados por distritos y los nacionales o departamentales.
“Los amigos del partido Liberal
aparentemente no quieren acompañarnos en esta reforma, ellos manifiestan que en el caso de los diputados por Distrito, esto se presta a que dinero mal habido o dineros del crimen organizado puedan financiar a un candidato a diputado y que no es lo mejor para el sistema democrático hondureño. Yo lo que les digo a ellos es que el mismo riesgo hay actualmente en las elecciones por Departamento que en las elecciones por Distrito”.
“El Partido Liberal
no nos quiere acompañar en esto, solamente con lo de la fecha de las internas y las generales, y esta es una reforma que ocupa dos terceras partes; he estado platicando con muchos diputados liberales y ellos me lo dicen, estamos en eso, viendo cómo llegamos a acuerdos y consensos”, dijo Rivera
Explicó que en el caso de los diputados por distrito, esta figura busca hacer más cercana la campaña a los aspirantes a diputados con su comunidad o cercanía poblacional, pues resulta ilógico que un diputado por Francisco Morazán represente a todos los municipios, barrios y colonias que le conforman, incluyendo la capital.
La propuesta es que el Tribunal Electoral
defina los distritos electorales con base en el censo y que así se indiquen las zonas que disputarán los aspirantes, lo cual también les ahorraría costos en las campañas y la representatividad sería más democrática, pero no hay un ambiente favorable al respecto, en especial en los llamados partidos emergentes, como la DC, la UD y el Pinu
e incluso los mismos liberales, se aseguró.
Mientras que la figura de los diputados departamentales o nacionales no ha gustado tanto en cuanto serían nominados de dedo por el candidato presidencial de un partido y se votaría bajo la papeleta presidencial, igual que como se hace para elegir los diputados al Parlamento Centroamericano.
Esto ha sido interpretado como el hecho de dar a un Presidente la conformación de una importante bancada de obediencia más que absoluta y ello, estiman los analistas e incluso varios diputados, no es bueno para la democracia, al contrario, sería un retroceso en el sistema político hondureño.
Otras reformas
Osman Aguilar, diputado por el Partido Liberal, dijo que si bien las grandes líneas de las reformas llenan muchas expectativas, nada podrá ser efectivo si no se pasa por una revisión también al techo del gasto y el financiamiento de las campañas políticas.
Aguilar expuso que en este reciente proceso hubo candidaturas a diputados que tuvieron un gasto publicitario similar o mayor al de un candidato presidencial y si esa tendencia persiste, “aquí habrá dos tipos de diputados: los que pone el partido en el poder y se financian con gasto público y los que pone el crimen organizado”.
Ese riesgo, aseveró el parlamentario, debe ser eliminado para que todos los que aspiren.
Las reformas electorales deben contemplar, además, el nuevo rol que darán al Tribunal Supremo Electoral
para despolitizarlo de una vez o terminar de politizarlo dando un magistrado a cada uno de los partidos ahora representados en el sistema político.
La entrega de credenciales, el manejo de las mesas electorales, la depuración del censo electoral y la despolitización del Registro Nacional de las Personas
son otros de los elementos a considerar en este paquete de reformas electorales.
Pero estos dos aspectos no han sido contemplados en el proyecto nacionalista, que dice estar consciente de que lo mejor es una nueva ley electoral, pero que no les alcanza el tiempo, pues deben sacar esto en las próximas dos semanas y, como no saben cómo va pintar el próximo congreso, no quieren arriesgar tanto y prefieren hacer ahora los cambios que tengan que hacer.
En el caso de las elecciones primarias e internas, uno de los nuevos partidos que ya vio el desgaste de las internas y primarias es Libertad y Refundación (Libre), quien en su última asamblea acordó que no habrá espacio a corrientes internas hasta después de dos años, a fin de evitar campañas prematuras que puedan dividir a ese partido, cuya pérdida ha comenzado a generar inconformidad entre sus simpatizantes, que claman ya un cambio de directriz.