El diputado pinuista, German Leitzelar, no ve ningún inconveniente sino mucho beneficio de que las elecciones se puedan trasladar al mismo año electoral, porque eso evitaría el problema de estar en campaña política
después del primer año de gobierno.
“Eso sería muy beneficioso y hay que reglamentarlo adecuadamente y en eso habría que incorporar los controles financieros que deben tener las campañas electorales, los techos de inversión que deben darse y otros mecanismos de seguridad que puedan garantizar que los financiamientos de las campañas no vayan a estar sujetos a dinero sucio proveniente del crimen organizado y del narcotráfico, dijo Leitzelar.
Elección
En cuanto al tema de la elección de los diputados, comentó que “este es un asunto difícil porque para empezar, el establecer diputados departamentales que deben ir incorporados en la papeleta del nivel presidencial hemos dicho que significa un retroceso de 50 años de la democratización del país”.
Sucede que cuando un diputado es electo bajo la sombra del candidato presidencial
se vuelve dependiente del Ejecutivo en caso que ese candidato sea ganador y si es perdedor, automáticamente este personaje tendrá su bancadita asegurada en el Congreso.
El otro riesgo que se corre de la elección por distritos es que un candidato a diputado en un territorio determinado sea financiado con dinero del crimen organizado y también por otro lado, se presta a que los gobiernos focalicen fondos a través de los diputados pro gubernamentales para fortalecerlos en la campaña y mantener su permanente nombramiento que implique una concentración de poder.
Otra implicación, según Leitzelar, es la pérdida de oportunidad de otros partidos a que tengan representación en el Congreso Nacional, por lo tanto creemos que se deben proteger las minorías como aspecto fundamental para fortalecer la democracia.
Y, por otro lado, los partidos grandes en oposición van a tener la dificultad para poder recuperar el poder debido a que va a haber demasiado control a través del manejo de los presupuestos y del financiamiento, tanto del riesgo que este provenga del dinero sucio, como del control político que se pueda sustentar desde el poder mismo.
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